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En busca de Gurú Rinpoché

Ha habido muchos maestros increíbles e incomparables en el noble país de la India y en Tíbet, el País de las Nieves, pero, de todos ellos, el que ofrece mayor compasión y bendiciones a los seres de esta era difícil es Padmasambhava, que encarna la compasión y la sabiduría de todos los budas. Una de sus cualidades es que tiene el poder de dar su bendición instantáneamente a quienquiera le dirija sus oraciones y, sea cual sea el motivo de la oración, tiene el poder de conceder nuestro deseo inmediatamente

—Dilgo Khyentse Rinpoché—

 

Contenidos

  1. Se planta la semilla de la devoción
  2. El vajrayana llega a Tíbet
  3. La familia Khon y Gurú Padmasambhava
  4. Las Ocho Manifestaciones de Gurú Rinpoché

 

1. Se planta la semilla de la devoción

Hace algunos años, volviendo de unas enseñanzas en Francia, me encontré compartiendo coche con un buen amigo. 

Al poco de emprender el regreso, en plena carretera y siendo ya más de las cinco de la tarde, comenzó a llover… y cada vez con mayor intensidad. Podíamos sentir cómo el agua golpeaba los cristales y el coche se balanceaba bajo la fuerza del viento.

De repente, me di cuenta de que estábamos en peligro, dado que apenas podíamos ver a más de un metro delante de nosotros.

Y ahí, en medio de la tormenta, el viento, la niebla y la oscuridad, con total naturalidad, mi amigo empezó a recitar el mantra de Gurú Rinpoché en voz alta.

Yo era bastante nueva en el budismo y, para ser honesta, no sabía quién era Gurú Rinpoché —es decir, había oído pronunciar su nombre, pero desconocía totalmente su historia y su importancia—. Aun así, pude observar cómo esta práctica mantuvo a mi amigo en calma. La tormenta duró bastante y fue un viaje tenso, pero llegamos sanos y salvos.

Una vez hubo pasado todo, mi amigo me dijo que tenía gran confianza en Gurú Rinpoché y que “hablaba con él” compartiendo sus temores y pesares. Había comprobado, una y otra vez, que si se dirigía a él con devoción y honestidad siempre obtenía respuesta. El amor que sentía por este maestro le había mantenido a salvo.

En ese momento, pude comprender que la presencia de Gurú Rinpoché en la mente de mi amigo le permitía tomar buenas decisiones, cultivar la seguridad interior y avanzar en la vida. Y me pregunté si eso era posible también para mí.

Se habla mucho de devoción cuando nos acercamos a la práctica o al maestro. Y pienso que este concepto es malinterpretado más de una vez. Devoción no es fe ciega ni ignorancia disfrazada de candor. Uno de mis más preciados maestros me explicó que no es, ni más ni menos, que amor por las cosas bien hechas; al igual que un violinista siente esa devoción por un Stradivarius, los que siguen el camino budista la sienten por el Buddha porque no hay nadie más perfecto que él.

Todo aquel que he conocido que siente una conexión con Gurú Rinpoché —el “Maestro Precioso”— experimenta una intensa y profunda relación con él. Al parecer Gurú Rinpoché tiene este efecto en los seres que conectan con él.

Sin embargo, por más que pasaban los días y las semanas, yo miraba su imagen y no terminaba de entender quién era este ser tan poderoso, capaz de inspirar a tantos seres.
 

2. El vajrayana llega a Tíbet

De Gurú Rinpoché se dicen muchas cosas dado que se ha manifestado de tantas y tantas maneras para el beneficio de los seres. De acuerdo con la tradición, Padmasambhava o Padmakara —que significa “nacido del Loto”— se manifestó a través de un rayo de luz proveniente del corazón del Buddha Amitabha y apareció como un niño de ocho años en una flor de loto sobre el lago Dhanakosha, situado en Oddhiyana.

En toda la región del Himalaya, Padmasambhava recibe el nombre de Gurú Rinpoché. 

Es uno de los primeros maestros que introdujeron el vajrayana en Tíbet en el siglo VIII. Se dice que mientras que al Buddha Shakyamuni se le conoce principalmente por haber enseñado el vehículo del sutra y personifica el principio de buddha, Padmasambhava vino a este mundo —y a Tíbet, en particular— para dar instrucciones sobre tantras y personifica el principio del gurú, el corazón del budismo vajrayana y, por ello, también se le designa como un “segundo Buddha” en la Tradición Ñingma.

A nivel histórico, Padmasambhava es —junto al rey Trisong Detsen y al abad de Nalanda, Shantarakshita— el responsable del asentamiento del Dharma en Tíbet. Cuando, en el año 761 d. C., el rey ascendió al trono, encomendó la misión de invitar por primera vez al maestro budista Shantarakshita a Tíbet. 

Poco después de su llegada, estalló una epidemia de viruela, por la cual se le culpó y fue expulsado. Pero el rey no se dio por vencido y volvió a invitarle. Esta vez el abad trajo consigo a Padmasambhava para subyugar a las fuerzas espirituales que obstaculizaban el establecimiento del budismo. 

Se dice que Shantarakshita indicaba que cualquier duda sobre el estudio debía ser dirigida a él, pero cualquier obstáculo con la práctica era asunto de Gurú Padmasambhava, quien, con su poder, destruyó la ignorancia que separaba a los seres del Dharma. 

Recuerdo la primera vez que oí la historia de cómo estos tres seres se unieron con un objetivo común. Y, a pesar de las dificultades, no solo no se dieron por vencidos, sino que encontraron la manera de hacer florecer aquello que parecía imposible en una época indómita y en un lugar salvaje. En un momento donde los seres solo se preocupaban por la peste, la guerra, el hambre… ahí estaban ellos, abriendo la oportunidad a otras ocupaciones más nobles para establecer la paz y la libertad.

Nunca olvidaré lo mucho que me impresionó —y me impresiona— que existan seres así. Y aunque no sabía nada de él, mi deseo de conocerlo fue creciendo.
 

3. La familia Khon y Gurú Padmasambhava

Conocer a alguien conlleva apertura, paciencia, genuino interés y tiempo. Es el tiempo y la constancia en el contacto lo que nos hace saber quiénes somos, comprender quién es el otro y aprender cómo navegar en la relación.

Nuestra práctica no es ajena a este devenir. De hecho, el significado de meditar se vincula con acostumbrarse, que no es otra cosa que estar muy cerca, llegar a conocerse muy bien, hacerse amigo… Así, por compasión hacia los seres, los maestros van encontrando maneras de acercarnos a ellos, de acercarse a nosotros. Y la práctica formal es algo que ha permitido atesorar esta sabiduría a lo largo de los siglos.

Unos años después de la llegada a Tíbet del abad Shantarakshita, la mente de los seres ya estaba madura para el siguiente paso, por lo que otorgó la ordenación completa a siete tibetanos: así fue el comienzo auspicioso de la tradición monástica en Tíbet.

Uno de estos afortunados monjes era de la familia Khon —Nagendra Rakshita, un gran traductor y uno de los discípulos más cercanos a Gurú Rinpoché—. Junto a estos discípulos, su hermano menor, Vajra Ratna —laico y cabeza de familia—, también recibió muchas enseñanzas e iniciaciones directamente de Gurú Rinpoché. Eso sentó las bases de lo que sería un preciado linaje —transmitido de una manera ininterrumpida dentro de la familia Khon— que se extendería desde el siglo VIII hasta el día de hoy.

Se dice que Gurú Rinpoché y Atisha predijeron que el Dharma florecería en Tíbet central, en la zona de Sakya. Fue allí, muchas generaciones más tarde, que Khon Konchog Gyalpo (1034-1102) —el primer Sakya Trizin y padre de Sachen Kunga Ñingpo, primer fundador de la tradición (1092-1158)— fundó el primer Monasterio Sakya.

—Estatua de Gurú Rinpoché en la Fundación Sakya—

A su vez, Gurú Padmasambhava, que poseía una extraordinaria visión, además de la capacidad de comprender más allá de toda limitación o percepción, también profetizó la llegada de Sakya Pandita —el cuarto fundador de la Tradición Sakya—, de su sobrino Chogyal Phagpa (1235–1280) —el quinto fundador— y del 31.º Sakya Trizin, Sachen Kunga Lodro, así como muchas de las tareas que llevarían a cabo y que fueron esenciales para extender y defender el Buddhadharma.

Como hemos visto antes, Gurú Rinpoché y Shantarakshita no estaban nunca muy lejos el uno del otro. Sus incansables actividades siguen floreciendo en el río del tiempo y me gusta pensar que, independientemente de la escuela que sigamos, estamos hermanados en esta búsqueda por la liberación última que tan valerosa y amorosamente iniciaron nuestros maestros.

Al fin y al cabo, todos nosotros estamos vinculados a Gurú Rinpoché de una u otra manera. Como dice S. S. Gongma Trichen Rinpoché: “Todos los buddhas son iguales, pero si tienes una conexión kármica es más fácil. Todos los seres de Tíbet, de los Himalayas y los que han entrado en el budismo tibetano tenemos una conexión especial con Gurú Rinpoché. Así que si le rezamos en estos tiempos difíciles es de gran beneficio”.
 

4. Las Ocho Manifestaciones de Gurú Rinpoché

La segunda vez que me “crucé” con Gurú Rinpoché estaba pasando por un momento difícil de mi vida y llegó a mí la historia de las Ocho Manifestaciones.

En diferentes etapas le disparan flechas, le envenenan, le ahogan y ¡le queman! Y cada una de las veces sale victorioso, subvirtiendo el daño y consiguiendo pacificar la mente de sus agresores.

Ahí estaba yo, al igual que aquel día de lluvia, asustada y desorientada… y me lo encontré. 

Estamos ya en el siglo XXI y puede ser difícil dar crédito a historias que parecen sacadas de grandes sagas ancestrales: de seres que vuelan, transforman veneno en medicina o sobreviven al ser lanzados desde cascadas de gran altura.

Pero, aun así, algo en mí me decía que había verdad en todo ello. Simplemente leer estas historias creó en mí la pauta de que el obstáculo, por inamovible que parezca, puede ser superado.

Hoy vivimos inmersos en información, ciencia, preguntas. Ya no queda mucho espacio para lo inexplicable y, sin embargo, cada día sigue sucediendo. Cada día hay seres que llevan a cabo tareas increíbles y, cada vez que se traza una línea con la palabra imposible, sigue habiendo quien está dispuesto a cruzarla.

Así que puedo expresar, sin temor a equivocarme, que si oír estas historias infunde en nosotros coraje, claridad, serenidad y arroja luz, entonces son válidas para abrir en nosotros un espacio vasto donde aprender un poco más sobre quiénes somos.

Al fin y al cabo, las Ocho Manifestaciones de Padmasambhava reflejan su capacidad de aparecer de acuerdo con las diferentes necesidades y demandas de los seres. De hecho, en tibetano se les llama Gurú Tsen Gyé, los ocho ‘nombres’ del Gurú, porque cada manifestación demuestra un principio diferente que revela la naturaleza más íntima de la mente. 

Como mis maestros me han dicho en más de una ocasión: “La mente misma es Gurú Rinpoché: toda la práctica puede resumirse en eso”. Así, nuestra mente se funde en la del maestro, como agua vertida en agua, como las gotas de lluvia en el océano. 

Y vuelvo a mirar su imagen y me pregunto en silencio, ¿cómo es que llevo mirando tanto tiempo este espejo y no lo había reconocido?

Vuelvo a mirar y sé que es verdad lo que dicen: con el maestro no existe la distancia. No hay separación con el maestro porque uno no puede separarse de lo que verdaderamente es.

¡Gurú Padma Siddhi Hung!

 


 

Si quieres saber más sobre la vida del maestro místico y tántrico Gurú Rinpoché, te recomendamos El Nacido del Loto: La Biografía de Padmasambhava, escrita por Yeshe Tsogyal, su discípula principal.

También te recomendamos ver la conferencia que dio S. Em. Khondung Asanga Vajra Rinpoché, titulada Guru Padmasambhava and Tsok Kor Practice, en inglés.

 


 

¿Has experimentado alguna conexión con un maestro o maestra?

¿Sientes devoción por alguno en concreto? ¿Qué te inspiró en ella o en él?

¡Cuéntanoslo en los comentarios!

 


 

Luciana Cesari

Luciana Cesari

Luciana entró en el Dharma gracias a la bondad de Jigme Khyentse Rinpoché y Tulku Pema Wangyal Rinpoché. Se dedica al arte y a la fotografía a través de la impresión fine art y la gestión de proyectos. Colabora en proyectos de traducción con Dotulku Rinpoché para el Proyecto Bodhisattva y en tareas administrativas para la editorial Padmapani. Estudiante de filosofía y meditación budista, e intenta cada día ser practicante del Dharma.

Luciana Cesari

Luciana Cesari entró en el Dharma gracias a la bondad de Jigme Khyentse Rinpoché y Tulku Pema Wangyal Rinpoché. Se dedica al arte y la fotografía a través de la impresión fine art y la gestión de proyectos. También colabora en proyectos de traducción con Dotulku Rinpoché para el Proyecto Bodhisattva y en tareas administrativas para la editorial Padmapani. Es estudiante de filosofía y meditación budista, e intenta cada día ser practicante del Dharma.

11 comentarios

  1. Muy inspirador… Esa conexión es a veces indescriptible, pero tan poderosa, como el río que desemboca en el mar.

  2. Guru Rimpoché un Ser muy especial en mi vida hace ya unos cuantos años y me siento particularmente feliz de poder recibir su Iniciación este domingo 21 de Agosto a pesar de la distancia. Gracias por este artículo y un abrazo desde Mar del Plata, Argentina.

  3. Muchísimas gracias, Luciana.
    Soy muy nueva en el Budismo, pero igual, todo lo que me llega de él es completamente oportuno y necesario en mi vida para transitar el camino.
    Sencilla y preciosa reseña personal del Gurú Rinpoché, gracias por este aporte en la práctica!

  4. 🙏🏻🧡inspirador saber las historias de los maestros, gracias por su aporte✨

  5. Maravilloso artículo. Me has ayudado a comprender mejor la figura de Guru Rinpoche, a sentirlo más cerca y desear conectar más profundamente con él a través de la práctica diaria.
    Gracias Luciana 💗

  6. Buenas tardes, hice un retiro para conocer a Chenresig, y pude disfrutar de sus enseñanzas…naturalmente lo siento en mi. Y estoy muy agradecida d su compañía.
    Graciela d Chascomus Argentina

  7. Buenas tardes y muchas gracias por el artículo. Estoy en búsqueda de un maestro espiritual, tal vez un maestro interior. Y mi pregunta es para todos los profesores, maestros de Paramita si vosotros estáis creyendo en una serie de terapias que se están poniendo ahora de moda como La Nueva Terapia o como KAE (Kundaliny activation Energy) que prometan el Despertar espiritual.. os estáis creyendo, probasteis ésas prácticas o pensáis qué son charlatanes o que no están beneficiando el camino espiritual? Lo pregunto porque una de esas prácticas yo probé y la verdad que noté un flujo de la energía dentro de mí y algunos bloques en el cuerpo de cuáles intentaba quitar, sentí en cierto modo un maestro dentro de mí que me ayudaba…pero estoy algo confusa… digo yo si sería tan fácil solo con una terapia iniciar el Despertar, lo harian los monjes budistas y todo el mundo..

  8. Últimamente no sé porqué pero me aproxime a conocer más a Guru Rinpoche. Aunque era inevitable….. iniciarse en el budismo sin su presencia, tan cercana.

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