Inicia sesión

¿Está emergiendo una bella flor?

Muchas veces, nos hemos preguntado el porqué de muchas de nuestras acciones. Tal vez, hemos actuado de manera exagerada y luego ha venido el arrepentimiento o “no”. Pero está claro y es seguro que todas nuestras acciones, tanto positivas como negativas, tienen sus correspondientes repercusiones. La postura rígida de nuestra mente, de afrontar la vida y las cosas como algo existente, nos ha separado de nuestra verdadera naturaleza, hemos caído en las manos de nuestras emociones por creer que existe un yo independiente. Realizar la verdadera naturaleza de las cosas es la puerta para liberar la mente.
 

Contenidos

  1. ¿En realidad no hay salida?
  2. ¿Sensaciones? ¿Es lo que atrapa mi ser?
  3. ¿Cómo llegar otra vez?
  4. ¿Soy el mismo de ayer?
  5. ¿Qué es lo que me diferencia a mí?
  6. ¿Lo natural es meditar?
  7. ¿Qué es lo que percibo a mi alrededor?

 

1. ¿En realidad no hay salida?

Detrás de esta máscara de insaciabilidad, hay algo muy profundo, algo que me llama apenas surge un destello de silencio y soledad. Por mucho tiempo, por haber estado en el incansable ruido y el ajetreo cotidiano, no lo he podido escuchar, es el llamado de mi ser, que me lleva a las aguas tranquilas en el espacio de mi mente.

Si, en verdad, esto soy yo, ¿quién es el que actúa tras la máscara?

Por mucho tiempo he creído que ser mejor que los demás era la felicidad, pero ahora estas aguas tranquilas abrazan mi ser, por fin tengo calma y tranquilidad.

Como un loto que no se mancha con el fango, de este estanque tal vez puede emerger una hermosa flor.
 

2. ¿Sensaciones? ¿Es lo que atrapa mi ser?

¿Visiones? Me gustan, pero no las necesito. ¿Olores? No tengo hambre, pero quiero comer. ¿Sabores? Como por el gusto, pero en realidad no tengo hambre. ¿Sonidos? Me atrapan y me alejan de mí. ¿Contacto? Es simplemente suave, pero nada más. ¿Pensamientos? He creado tantas fantasías.

Algo en mí ha despertado, tal vez he estado en el camino equivocado.

Nublado. En busca de lo innecesario. He codiciado. He rivalizado. He peleado. He lastimado. Y ¿qué he obtenido? Solo un ser agotado.

Quizá puedo habitar en ese lago sereno que he encontrado. 
 

3. ¿Cómo llegar otra vez?

Comienza un nuevo día, salgo de casa y veo que las personas allá afuera no son tan diferentes a mí, tal vez ellas solo quieren ser felices al igual que yo, por hoy he salido con una sonrisa y me han devuelto muchas más.

La vecina de enfrente ha llegado extenuada; ya ha terminado el horario laboral, está sobrecargada con sus compras del mercado, ha dejado caer algunos paquetes, corro en su ayuda, me devuelve una sonrisa y un trato gentil, y yo que pensaba que era una pobre persona solitaria y amargada.

Hoy ha sido un día diferente, veo las cosas con otra lente, me siento más tranquilo y feliz.
 

4. ¿Soy el mismo de ayer?

Hoy voy a cambiar la rutina y he decidido ir al parque a pasear.

Salgo, cierro la puerta, camino por las calles —ruido, personas, automóviles… el comenzar de un día frenético otra vez—. Ahora voy sereno, camino hacia el parque, está a pocas cuadras de distancia de aquí.

He llegado al fin, puedo ver el paisaje lleno de flores multicolores, árboles, pájaros entonando sus melodiosas sinfonías, la matutina brisa fresca acaricia mi rostro.

Está tendida en el suelo una hermosa flor, observo su belleza, su vívido color y su aroma, es como una verdadera obra de arte, pienso: sin el sol, sin el suelo, sin la lluvia, sin la temperatura del día y de la noche, sin la semilla, sin el cuidado de la semilla, sin el jardinero que ha plantado la semilla, sin el ciclo del día y la noche, sin el giro del planeta, sin la galaxia, sin el cosmos, esta flor no estaría ahí, esta flor está hecha de todo menos de lo que es flor.

Veo todo a mi alrededor, todo está hecho de todo menos de lo que son, me pregunto ¿de qué estoy hecho yo? Tengo en mí elementos animales, minerales, vegetales; tengo en mí el agua, la tierra, el fuego y el aire, soy el predecesor de especies animales extintas, y también soy el producto del ciclo del cosmos, tengo todos los elementos, pero no puedo encontrar un solo elemento que se llame humano en mí.

Tal vez no soy diferente a todo lo que está a mi alrededor.
 

5. ¿Qué es lo que me diferencia a mí?

Todos estamos conectados y todos queremos la felicidad, entonces, ¿es posible que si alguien no es feliz, pueda yo ser feliz?

Si mis causas y condiciones son las causas y condiciones de los demás, es seguro que la causa de mi felicidad reside en la felicidad de los demás, y el sufrimiento que pueda causar a los demás será la causa de mi propio sufrimiento.

Ahora veo a las personas como a mí. 

Que aquellos seres que están pasando por una mala situación logren superarla y mejorar, aquellos que no están bien ni mal puedan mejorar también, aquellos que están bien que sigan bien, ¡qué alegría por aquellos que están muy bien!

¡Ojalá pueda yo ser un instrumento para que todos puedan ser felices!
 

6. ¿Lo natural es meditar?

Por fin caigo en la cuenta —como un corcel desbocado mi mente presa de los pensamientos discursivos me ha llevado sin control ni destino—, dominado por el poder de “los hábitos”, “las tendencias” y “las emociones», he cometido muchas malas acciones.

Calma y paz por un momento. Es posible dominar a este corcel salvaje. Debo tomar las riendas de la atención cabalgando con la respiración. ¿Es la meditación la que me permitirá cultivar estos nuevos estados positivos?

Por mucho tiempo con una actitud egocéntrica, no pude mantener una buena conducta, descarriado por la falta de atención en mi mente, siempre en actitud de sospecha y desconfianza, me relacionaba con ese mundo hostil.

El altruismo que surge de la atención trae calma y tranquilidad a mi mente, entonces estas producen una fuerza interior que me lleva a una actitud positiva y abierta. Mi conducta ahora es transparente, esto genera confianza y muchos amigos, la armonía surge en el ambiente.

Entonces, la conducta es la base de este nuevo destino que, apoyado con la meditación, ha logrado que el cambio se haya producido. No solo medito a solas, medito cuando camino, cuando saludo, cuando cocino; entonces, siempre medito.

Por fin caigo en la cuenta —como un corcel desbocado mi mente presa de los pensamientos discursivos me ha llevado sin control ni destino—, dominado por el poder de “los hábitos”, “las tendencias” y “las emociones», he cometido muchas malas acciones.

Calma y paz por un momento. Es posible dominar a este corcel salvaje. Debo tomar las riendas de la atención cabalgando con la respiración. ¿Es la meditación la que me permitirá cultivar estos nuevos estados positivos?

Por mucho tiempo con una actitud egocéntrica, no pude mantener una buena conducta, descarriado por la falta de atención en mi mente, siempre en actitud de sospecha y desconfianza, me relacionaba con ese mundo hostil.

El altruismo que surge de la atención trae calma y tranquilidad a mi mente, entonces estas producen una fuerza interior que me lleva a una actitud positiva y abierta. Mi conducta ahora es transparente, esto genera confianza y muchos amigos, la armonía surge en el ambiente.

Entonces, la conducta es la base de este nuevo destino que, apoyado con la meditación, ha logrado que el cambio se haya producido. No solo medito a solas, medito cuando camino, cuando saludo, cuando cocino; entonces, siempre medito.
 

7. ¿Qué es lo que percibo a mi alrededor?

Ahora puedo ver con más claridad a mi alrededor —personas, animales, plantas y objetos—; sin estas cosas ahí afuera ¿qué podría percibir? Y sin que los percibiera ¿estos objetos podrían existir?

¿Estamos todos relacionados? Entonces, ¿qué me diferencia de ellos? Y ¿quién es el que percibe?

Si las cosas y yo estamos interrelacionados y compartimos la misma naturaleza, ¿no está de más aquel que percibe?

 


 

¿Crees que es posible encontrar un camino que te pueda llevar a la verdad? ¿Quieres probar…? Puedes hacerlo, inscríbete en el nuevo curso “Despertar a la No dualidad”. ¡No te lo pierdas!

 


 

¿Y tú? ¿Dirías que has experimentado la verdadera libertad?

¡Cuéntanoslo en los comentarios!

 


 

Liliana Arias

Liliana Arias

Liliana se dedica a la gestión y dirección de proyectos. Es estudiante de filosofía y meditación budista, y practicante del Dharma.

Liliana Arias

Liliana se dedica a la gestión y dirección de proyectos.  Es estudiante de filosofía y meditación budista, practicante del Dharma.

9 comentarios

  1. Me hizo «pensar» este post, muy bien escrito. Me hace conectar con algo dentro de mí. ¡Gracias!

  2. 💫Paralelismos… sincronicidades… gratitud… f e l i c i d a d…
    «aparece» este artículo después de escribir estas palabras👇

    Soltar, soltar, soltar… avanzo,
    provista solo de hambre y sed,
    lentamente me arrodillo, me entrego
    al gran vacío existencial.
    Imploro…
    ¡Emane en mi la fuente
    que lo colma todo de verdad!
    y nutra el vergel donde florece
    la…infinita felicidad…

  3. Poco a poco veo grietas en antiguos patrones que me dan señales de liberación. Meditar, la respiración consciente, romper con los automatismos de la mente… Poco a poco, pero con paso firme en mi camino.
    Lo más complicado para mí es conectar con los demás.
    Gracias por este bonito artículo.
    ❤❤❤

  4. Muchas gracias Lama y equipo por las enseñanzas que día a día nos dejan de tarea para una gran reflexión 🙏🏻🙏🏻

  5. ¿Dirías que has experimentado la verdadera libertad? No mas bien diría que sigo preso de mi dogma personal, «dominado por el poder de “los hábitos”, “las tendencias” y “las emociones”, he cometido muchas malas acciones.»

    Gracias por tu aporte Liliana Arias.

  6. Me quedo con la reflexión: Quién es el que percibe? y si no está de más aquel que percibe…. donde esta la frontera? y si no hay frontera, que hay? Muchas gracias por tu artículo Liliana , creo que me queda mucho por aprender .

  7. Estas han estado en mi desde pequeña, cada vez me importa menos lo de fuera, cada vez veo más claro lo que soy, lo que es todo pero a la vez, me hago más preguntas soy una pequeña cédula del cosmos? una microparte de esa cédula? Y a la vez soy ese Cosmos, formado de lo que está formado todo…. minerales, agua…. también necesito la lluvia y el sol…. Todo a la vez esta en armonía pero es un caos… Bueno.. Voy escuchando, aprendiendo, desapegandome, meditando…. Gracias por estar en mi camino. Ngwang Lhamo, así me llamo ahora.

Deja una respuesta