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El marco de la ventana: una reflexión breve sobre el Refugio budista y la fe

Para quienes la fe solía resultarnos tan inquietante como la cotidianeidad del mundo circundante, pero hemos podido encontrar en las claves del Refugio budista ―al descubrir al Buddha y su práctica― una clave de alteridad imprescindible, les recomiendo esta lectura. Este texto es una reflexión en voz alta sobre la fe, la alteridad y la bodhichitta.

 

Contenidos

  1. Sobre la imagen de nube, la ventana
  2. De trekking por el sendero budista
  3. La verdad tiene estructura de ficción
  4. La Ceremonia de Refugio
  5. ¿Repetimos?

 

1. Sobre la imagen de nube, la ventana

Muchas veces, no se trata de elegir el paisaje: “si mucho cielo o mucho mar, si nos quedamos en casa o salimos”. A veces, también se trata de simplemente aquietarnos. Solo para separar algunos elementos de la memoria y dejar que el silencio se asiente como nubes densas, blancas y hermosas. Si miramos el marco de la ventana y un poco más lejos aparecen las nubes y las nubes nos llevan hacia otros recuerdos… así como dentro de un hilo complejo de relaciones interminables hemos seguido el hilo de Ariadna, estamos dentro del laberinto del Minotauro, sin ningún Teseo salvador. Para nuestro bien, este parece ser el signo de la heroicidad contemporánea donde: “ni el Robin de Batman, ni el Sancho del Quijote, ni el Gordo ni el Flaco” parecen ya acompañar a sus pares adecuadamente. Las nuevas estrellas de la farándula son esposas de futbolistas, futbolistas y magnates de la celebridad, la ingeniería o el marketing digital. Blancanieves ha perdido a sus enanitos, el Lobo Feroz pretende a Blancanieves y Caperucita Roja parece haber salido de marcha con los enanitos y Blancanieves. Tiempos donde el Amor parece haber quedado prendido en la sonrisa de un anuncio de perfume de Chanel.

A veces, en un barco vacilante que cruza el “Oceáno de Samsara” la memoria nos atrapa en un recuerdo. En ese momento, el pasado nos ha engullido: y estamos dentro de una ballena». Pocas veces, perdidos solemos desplegar el arpón del presente. Terminamos convencidos del cuento de un planeta llamado Tierra, mientras ignoramos por qué se llama así este planeta acuoso. Hasta hace muy poco tiempo yo tampoco lo sabíacomo muchos ni siquiera conocía la palabra Dharma.

 

2. De trekking por el sendero budista

De trekking por el sendero budista, comparto un TIP que me ha ayudado mucho, TIP 1: Deja caer los recuerdos pesados como pianos oscuros por las ventanas. Así, en nuestra casa podrá haber más espacio. Podremos abrir las ventanas. Dejaremos que la luz penetre los espacios.

Si en el proceso nadie perece, estaremos más ligeros. Viajaremos más livianos. TIP 2: Lleva contigo sólo lo que permita ondear una bandera…

 

3. La verdad tiene estructura de ficción

Hace algunos años, J. Lacan decía un aforismo que, en su momento, me sostuvo en el marco de una enseñanza: «La verdad tiene estructura de ficción». Aquella reflexión le permitía a mi espíritu curioso indagar sobre el tema de la ficcionalidad y la representación del universo del discurso. Es decir, sobre cómo podíamos pensar lo que decíamos. La conclusión era: «como cuentos». Cuentos preciosos que nos contaron, cuentos que nos decimos, cuentos que repetimos. Pero no todos los cuentos nos transforman. ¿O sí?

Cuando intento reflexionar sobre la práctica espiritual y escuchar a Lama Rinchen, maestro budista de la Tradición Sakya, se menciona que el camino espiritual es un camino que implica un “doble movimiento”: 1) por un lado, un ejercicio de permanente despojamiento de patrones y acciones conductuales nocivas y  2)  por otro lado, la adquisición y el desarrollo continuo de virtudes o acciones nobles orientadas para nuestro beneficio y el de los demás.

A caballo entre los dos gestos de “desechar lo dañino” e “incrementar lo virtuoso” queda la fe. Porque la fe no es otra cosa que la convicción, el asentimiento, de que estas dos instancias de desecho e incremento transforman eso con lo que nos identificamos. Así, casi como en una ecuación de mercado: “si aceptamos este supuesto aceptamos una verdad, una verdad que nos transforma”. ¿Qué otra función podría tener una verdad ―además― de la de transformarnos?

A veces, solo el respirar hondo y agradecer esta vida preciosa es suficiente para celebrar el prodigio de lo divino, encarnado más allá de nuestros marcos. Porque lo divino es un brillo siempre presente, un fulgor, no solo en el más allá de las ventanas.

 

4. La Ceremonia de Refugio

En la Ceremonia de Refugio del camino budista todos hemos aceptado dar un paso y transformarnos. Mejor aún: “estamos aceptando y reconociendo nuestra condición fugaz de cambio”. Aceptamos que nos desvestimos de nuestros pesados ropajes y nos comprometemos a andar sueltos de equipaje, livianos. Entonces, leo un nombre posible para el Buddha en un paper: el “Suelto”, el que se ha desliado, el que se ha desatado. Y agrego, el que ha quebrado la idea de marco. Es que la dulzura de una palabra, un soplido ligero o la agudeza de quien discierne pueden derribar la torre de cristal erigida como identidad cotidiana, la idea de casa. Dar más de sí es siempre ir más lejos parece decir el Buddha. Por eso, el “Suelto”, me ha invitado a salir de casa con el Refugio. Y esto casi parece una inconsistencia. 

Entonces, en la Ceremonia de Refugio, cuando el maestro pregunta: “¿Es este el método?”. Y se responde: “Excelente”, se produce un prodigio. Lo sublime se realiza, hay un asentimiento.

El Refugio puede pensarse como un proceso continuo de asentimiento, porque asentir es validar una verdad con énfasis. Es casi una “doble afirmación” también, porque nos conecta con el momento originario del que partió su propuesta en la pregunta del maestro y este presente en el que estamos asintiendo un efecto de verdad en nosotros. Cuerpo, mente y habla se declinan en una acción: “una respuesta”

Y responder es acudir y presentar lo que estamos creyendo ser en ese instante del acto de respuesta, es consentir una certeza. Entonces, a través de este asentimiento inicial del Refugio se corrobora la conexión presente entre una serie infinita de causas y condiciones hilvanadas para que se produjera esa escena preciosa que nos ha ligado con el Buddha. Preciosa por presente, por ser instante. También fugaz por lo mismo. Pero todas las escenas son fugaces…

En puridad, no podría decirse “sí” a una verdad que se habita como una permanencia transitoria. Esta solo puede ser asentida, vez a vez, acto a acto. Por eso, al recitar la Oración de Refugio cotidianamente, se ratifica esta comunión. Una pregunta es siempre una invitación y el reconocimiento de una necesidad del otro por saber… Quien pregunta es el maestro, quien responde se filia ―en el mejor sentido del término― a lo que se vincula en un hilo cada vez más largo de saberes ―si acaso hubiera largo y si acaso hubiera hilo―.

 

5. ¿Repetimos?

Al recitar la Oración de Refugio confirmamos una escena inicial, cada vez. Al refugiarnos en la Triple Joya ―Buddha, Dharma, Sangha― no repetimos una oración, la inauguramos. Si miramos con atención, nada en nuestra vida se repite. A lo sumo, lo que se reitera es una posición fija, nuestra, presente en un conjunto más abarcativo de acciones: una identidad rígida.

Pero además, en la segunda parte de la Oración de Refugio, cada vez que proclamamos las palabras transmitidas por Atisha, estamos proclamando la bodhichitta, la celebramos. Aspiramos a ella: «Lograré la iluminación para el beneficio de todos los seres con el mérito de las acciones generosas y las demás virtudes”. Y en esta aspiración, estamos siendo transformados, nuevamente. Cada vez es una nueva vez. Y cada vez que aspiramos a ser mejores personas, otro piano negro y pesado se deja caer por una ventana estrecha al reconocer nuestra condición central de alteridad y cambio. Porque la bodhichitta se vuelve verdad al decirla, al proclamarse. Bodhichitta es el anhelo de salir del marco.

Y aunque lo que se cree sobre la vida y el mundo es un relato más, a veces más certero, a veces menos, no puedo olvidar lo que Lama Rinchen Gyaltsen afirmaba al decir: «Todo el camino espiritual puede pensarse como un camino de Refugio», un acto de ratificación y compromiso. En el acto de asentimiento del Refugio se produce un proceso simple de reunión, de religazón con nuestro potencial de alteridad. Es decir, de ser otros. En ese asentimiento, la fe asoma bajo un cielo infinito… diáfano. Una verdad validada, al menos, mientras dure lo que podemos llamar nube en la ventana, una verdad entre visillos.

 


 

Si estos temas generan interrogantes en ti y crees que también sean de utilidad para alguien más, por favor, te invito a  la siguiente conferencia online del Venerable Lama Rinchen Gyaltsen. En esta exposición, titulada «¿Cómo tomar refugio en el Buddha, el Dharma y la Sangha?», encontrarás una perspectiva seria, precisa, sabia y rigurosa sobre el Refugio budista y sus implicancias. 

 


 

¿Y tú has experimentado “el lanzar un piano por la ventana”? ¿Conoces la Ceremonia de Refugio budista? ¿Por qué pueden hundirnos o salvarnos los recuerdos? ¿Qué te hace feliz? Si sabemos lo que nos hace feliz sabremos cómo somos… y sabremos cómo prescindir de lo que no nos hace felices. La vida es una cuadra. 

¡Cuéntanoslo en los comentarios!

 


 

Virginia Lucas

Virginia Lucas

Virginia Lucas

Poeta y Doctora en Letras. Colabora desde hace algunos años con la Fundación Sakya.

16 comentarios

  1. Gracias Virginia por esta reflexión, muy inspirador acercarse a la recitación de la toma de refugio como inaugurándola.
    Una belleza reflexionar sobre «una serie infinita de causas y condiciones hilvanadas para que se produjera esa escena preciosa que nos ha ligado con el Buddha»
    Dicho de esa manera podemos percibir sin dudar el mérito maravilloso de llegar a la toma de Refugio. Saludos.

  2. Gracias, Carla Gabriela, no sin ti! 😊 Agradezco tu inspiración!

  3. Que lindo Reflexión Virginia.
    Todo un poema lleno de calidez y Sabiduría.
    Algunas puntos muy profundos para parar y pensar y otras notas más fáciles de visualizar y sentir.
    Gracias por compartir 🙋🏻‍♀️💖

  4. Gracias, Mary, por tu lectura siempre atenta y generosa! Cariños para ti! 😊

  5. Preciosas imagenes comenzando por el hilo de Ariadna, el arpon del presente para salir del oceano del samsara, y los sueños contados para llegar a Soltar Incorporar, sin otro marco que el Refugio Renovado.
    Gracias Virginia

  6. Muchas gracias, María José, por esa devolución de tus palabras! Cariños, 😊

  7. Muchisimas gracias Virginia. Me ha encantado tu articulo. Recibe un super mega Dharma-abrazo

  8. Precioso . Gracias Virginia por este articulo, ¡seguro que tirare mas pianos por la ventana! ,iré mas suelta cada día por el camino del Refugio.
    Un abrazo grande

  9. Querida Jamyang, gratitud por tu estar y cariños! Otro abrazo para ti!

  10. «lo divino es un brillo siempre presente» Me quedo con eso gracias por tu aporte Virginia Lucas

  11. «Entonces, a través de este asentimiento inicial del Refugio se corrobora la conexión presente entre una serie infinita de causas y condiciones hilvanadas para que se produjera esa escena preciosa que nos ha ligado con el Buddha.» Ah que emoción ya tengo profundo deseo de tomar refugio.

  12. Pues, entonces, que todo sea auspicioso, Juan Pablo. Muchas gracias por tu lectura y comentarios!

  13. Excelente! gracias! totalmente identificada con tus palabras.

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