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Si el nacimiento es la fuente de todos los sufrimientos y la ignorancia fundamental nos lleva a apegarnos al ciclo recurrente e incontrolado de nacimientos samsáricos, ¿de qué manera es tan extraordinaria y valiosa una vida humana?, ¿en qué sentido el budismo plantea esta reflexión esencial? 

Esta vida humana que damos por supuesta, pero que debiera maravillarnos a cada instante es valiosa por sí misma y es, además, la mejor oportunidad para practicar el Dharma, para salir de la tiranía del condicionamiento de las aflicciones, autoaferramiento, egocentrismo y liberarnos del sufrimiento y sus causas. 

Frente a nuestra actitud habitual de dar las cosas por sentado, una de las cuatro contemplaciones tradicionales para abrir la mente hacia el Dharma es meditar atentamente en la dificultad de obtener una vida humana y el tesoro que representa para «generar un profundo sentido de gratitud, alegría y responsabilidad, y no desperdiciar esta oportunidad» (Khenpo Jamyang Tenzin, Nido del Meditador, Vol. 2).

¿Consideramos nuestra vida preciosa? ¿Percibimos realmente la dimensión que la existencia alcanza en nosotros?

Te invitamos a seguir a Juan Carlos Sánchez Ceballos, mientras él reflexiona sobre estas y más preguntas acerca de la preciosa vida humana.
 

Contenidos

  1. La vida es preciosa, pero ¿vivo así?
  2. ¿Por qué en el budismo se dice que la vida humana es difícil de obtener?
    1. Desde el punto de vista del número
    2. Desde el punto de vista de la causa
    3. Desde el punto de vista de la naturaleza
  3. La vida humana, una inestimable oportunidad

 

1. La vida es preciosa, pero ¿vivo así?

Este cuerpo humano es como una barca, aprovéchalo y libérate del inmenso torrente de sufrimiento. Difícilmente podrás encontrar esta barca de nuevo. ¡Ahora, insensato, no es el momento de dormir!

—Shantideva, Práctica del Bodisatva: una traducción del Bodhisatvacharyavatara, VII, 14

Sé, intuyo que la vida es preciosa, que no hay tiempo que desperdiciar. Mi ego me recuerda que en ese sentido escribí hace muchos años, en una canción llamada El tiempo, “el hombre que mata el tiempo hace un suicidio”. 

Pero demasiadas veces estoy despistado no atento, atrapado en los apegos, ciego a los hábitos que me gobiernan; y son problemas comunes hoy día el desaprovechar el tiempo, el entretenerse, la pereza, evadirse de la propia vida… reflejado en el consumo irracional de contenidos superfluos, tranquilizantes, relaciones, alcohol, antidepresivos, juegos, redes…

En ocasiones no he percibido mi vida como preciosa cuando enfrentaba todo tipo de dificultades externas o internas para ser feliz. En otros momentos aprecié mucho tener éxito en algunos de los dharmas mundanos —placer, fama, ganancia y alabanza—.

En ambos casos estaba distraído, pues no es en la comodidad ni en el éxito de los caprichos o los dones donde está mi valor, sino en el potencial de mejorar como persona y hacerme más consciente de quién soy y qué es la realidad.

Si estás leyendo esto, tú también tienes la gran ‘barca’ del cuerpo humano; y las enseñanzas dicen que, así como utilizamos barcos para cruzar océanos, el renacimiento humano dotado de las ocho libertades y diez requisitos (enriquecimientos) que iremos repasando juntos puede ayudarnos a alcanzar la otra orilla del océano de ‘samsara’ y poner fin a renacimientos incontrolables, recurrentes, llenos de aferramiento, problemas y confusión.

¿Estoy utilizando mi vida para esto como aconseja el gran Shantideva o para otras cosas?

Soy afortunado por el mero hecho de estar vivo, de haberme despertado hoy, sano, con los sentidos funcionando y con la conciencia brillando.

Reconozco que pocos seres a lo largo de la historia han vivido como tengo la fortuna de vivir. Ni los reyes de la antigüedad han tenido los privilegios materiales, de información, derechos… que yo doy por hecho. Tengo para comer y dónde vivir, y no está en mi día a día la idea de tener que huir de persecuciones, hambre o guerras. En lugar de eso, estoy en un momento cumbre, con inteligencia, tiempo, recursos, energía e interés por la práctica espiritual.

Sin mis padres no hubiera sobrevivido y me han brindado amor incondicional a pesar de mis fallos y errores. Padres, maestros, parejas, amigos, familia… que me han ayudado a cada paso y me han hecho crecer y madurar.

El mero hecho de reconocer abiertamente todo el amor, paciencia, atención o sacrificios que otros me han dedicado a lo largo de la vida me hace sentir reconocimiento, agradecimiento y en deuda. Incluso los que me han “tratado mal” me han ayudado a madurar hasta el punto donde estoy, me han hecho más resiliente, señalando mis puntos débiles o erróneos.

Hoy, solo bajo determinadas condiciones óptimas y no por mucho tiempo, tengo acceso a asumir la responsabilidad de mi mente, cambiar mi actitud, mejorar, comprender y practicar el Dharma.

Cada vez que hago esta contemplación de la preciosa vida humana me estoy acercando a la puerta del Dharma, pero…

¿Hay otros factores que puedo contemplar para apreciar mi vida aún más?

 

2. ¿Por qué en el budismo se dice que la vida humana es difícil de obtener?

El sol que nos alumbra hoy se formó hace más de 4500 millones de años. Se necesitaron muchos millones de años más para que aparecieran los planetas, la vida, la biosfera, organismos multicelulares… Inimaginables cambios físicos, químicos, geológicos, aparición y desaparición de formas de vida. Todo el proceso del devenir humano pasa por la vida no visible, virus, bacterias, anfibios, reptiles, mamíferos… y nosotros, que llevamos aquí un ratito visto desde el tiempo geológico o astral.

Es un proceso difícil, asombroso, insondable y extraño llegar hasta aquí, tanto que algunos científicos consideran que la vida en los universos es un período de ‘excepción’ por la improbable excepcionalidad de sus condiciones. 

Y, de entre todas las clases de vida, el renacimiento humano es especialmente difícil de obtener.

a. Desde el punto de vista del número

Siempre he tenido tendencia a imaginar que si la vida es producto de una evolución físico-química debería haber muchos tipos de vida en muchísimos lugares conocidos y desconocidos… desde mis intestinos hasta los seres acuáticos o los que viven bajo tierra y ni siquiera puedo imaginar e incluso en otras galaxias. Igualmente, si la conciencia emana de la sincronización de determinadas bases biológicas, siempre he podido considerar muchos tipos diversos de conciencias (o mentes).

De acuerdo con las enseñanzas, existen muchos seres en los reinos inferiores y pocos en los superiores. Mirando simplemente el número de bacterias, seres marinos, insectos o aves, contamos innumerables especies que son muchísimas más que nosotros, estaban aquí antes y estarán después. Según parece, los seres del bardo tienen más probabilidades de encarnar en otras especies antes que en seres humanos.

Y aun, de la poca proporción que nacen humanos, solo unos pocos entre ellos obtienen los requisitos previos. Y de esos pocos, algunos se interesan verdaderamente en el Dharma; y de esos, unos pocos lo valoran como lo esencial en su vida; y de esos, unos pocos…

b. Desde el punto de vista de la causa

Admito que tengo algunas dudas y matices para llegar a una conclusión definitiva sobre el renacimiento, pero muchas menos con la ley del karma. Según el budismo, la causa de obtener un cuerpo humano con los requisitos previos no es la voluntad de un dios o el puro azar, sino la acción continuada de la práctica de la virtud y la conducta pura. Es decir, mérito y karma acumulados en el pasado.

Ya que la causa es muy excepcional, el resultado también. Sin esa condición no habrá cuerpo dotado de los requisitos, sino cuerpos en estados inferiores y más causas de sufrimiento. Y algo importante es que no tenemos ninguna garantía de encontrar otra oportunidad en el futuro, a no ser que ahora creemos las causas para ello. 

Aunque trato de aumentar las acciones virtuosas y reducir las acciones destructivas, siendo honesto, veo cómo mi mente, al más mínimo descuido de mi atención, tiende a pensamientos y acciones no virtuosas —orgullo, deseo, envidia, apegos… a sensaciones, personas, intoxicantes—, lo que me hace pensar que quizá desde tiempo sin memoria estoy acumulando muchas causas para renacer en los reinos inferiores.

c. Desde el punto de vista de la naturaleza

Un renacimiento humano dotado de los requisitos previos es aquel que goza de las ocho libertades y las diez condiciones afortunadas (o enriquecimientos).

También es difícil obtener lo contrario.
De los ocho estados intranquilos;
También es difícil conseguir una vida humana,
Es difícil también conseguir las condiciones
Favorables de libertad, y es asimismo difícil
Que aparezca un Buda (en el mundo).

— Ganda vyuha, cit. en El bello ornamento de la Triple Visión, p. 59

Al introducirme en la práctica de reflexionar sobre la preciosa vida humana, apreciar las ocho libertades y las diez condiciones o enriquecimientos no fue automático. De hecho, usualmente evitaba contemplar los cuatro estados no-humanos. Solo fue con el tiempo, experiencia e insistir en meditar en estos aspectos que empecé a ver su valor.

Las ocho libertades 

Consisten en estar libres de renacer en los ocho estados intranquilos o inquietos en los que no hay libertad para practicar el Dharma. Hay cuatro estados no-humanos y cuatro estados humanos desventajosos.

Cuatro estados no-humanos Cuatro estados humanos desventajosos
Nacer en los reinos infernales. Enfrentando un inimaginable tormento físico y/o mental (imposible dirigir la mente hacia el Dharma). Nacer en un lugar bárbaro, incivilizado o donde está prohibida la práctica espiritual.
Nacer como espíritu hambriento. Impedido para la práctica espiritual por el estado de hambre y sed extremas y la frustración de no poder satisfacerse. Nacer en lugares con opiniones erróneas, como no reconocer que las virtudes sean la causa de los reinos superiores y la liberación, o no aceptar la ley del karma.
Nacer como animal. Muchas veces devorados o maltratados, viven muchos estados de confusión-ignorancia y son incapaces de comprender el Dharma. Nacer en una tierra donde no hay Buddhas ni Dharma disponibles.
Nacer como dios longevo (en el cuarto dhyana del reino de la forma). Se alejan del Dharma por una vida demasiado cómoda, bella, orgullosa, lejos del malestar, por lo que casi no se ocupan del sufrimiento y la compasión. Sus únicos momentos de gran discernimiento son el nacimiento y la muerte, donde sufren enormemente grandes arrepentimientos. Nacer como necio (cognitivamente) de modo que la capacidad para aprender o practicar las enseñanzas sea imposible.

No solo debemos pensar en los seres que viven esos estados, sino meditar sobre nosotros mismos viviendo esas circunstancias y apreciar nuestro actual estado libre de esas limitaciones, valorar la excelente situación que tenemos ahora, cuando nuestros cuerpos lejos de los ocho estados intranquilos pueden ser base de nuestra libertad.

Las diez condiciones o enriquecimientos

Son cinco condiciones afortunadas internas y cinco externas.

Condiciones internas Condiciones externas.
Nacer en un lugar en el que:
Nacer como humanos, con una conciencia e inteligencia que nos permite apreciar, aprender, reflexionar y meditar. Hubo un Buddha
Nacer en un territorio donde hay practicantes y enseñanzas. Lo ideal es un lugar en el que haya los cuatro tipos de Sangha. El Buddha dio enseñanzas. Hay que recordar que incluso Buddha dudó, tras su iluminación, sobre la imposibilidad (por pertinencia, inteligibilidad, inefabilidad) de transmitir la enseñanza. Por eso pedimos a los Buddhas que giren la rueda del Dharma.
Tener un cuerpo y mente sanos para poder discernir y practicar. (Esto es obvio que no durará mucho tiempo). Las enseñanzas perduran. Hay una tradición viva de mentores espirituales que mantienen las enseñanzas y sus continuos mentales en la realización del Dharma. Pueden transmitir las enseñanzas oralmente y con su ejemplo.
Tener confianza en el Dharma. Especialmente apreciar el Vinaya (código de conducta) y el Tripitaka (conducta ética, meditación y sabiduría). Hay practicantes genuinos que siguen las enseñanzas y nos inspiran sosteniendo el Dharma como algo realmente vivo.
No cometer los actos abominables. Matar al padre, a la madre, a un arhat, dañar a un Buddha o provocar un cisma en la Sangha. Hay un maestro con compasión sincera hacia nosotros. Esto es muy importante y determinante para una verdadera transmisión. 

Las enseñanzas recomiendan contemplar una y otra vez cada punto no solo desde un punto de vista intelectual, sino hasta conmovernos con la insólita dificultad del equilibrio sutil, extraordinario, emocionante y muy significativo que ha de darse para que todas estas condiciones confluyan.
 

3. La vida humana, una inestimable oportunidad

Esta oportunidad (de poseer dieciocho requisitos previos) es extremadamente difícil de alcanzar.
Y habiéndola alcanzado, hay que cumplir la meta de la gente.
Si no se consigue el beneficio, será difícil conseguir esta oportunidad en el futuro.

— Bodhicharyavatara, cit. en El bello ornamento de la Triple Visión, p. 60

Se dice en las escrituras que conseguir este cuerpo humano dotado con los requisitos es más beneficioso que conseguir la joya que concede todos los deseos, ya que es especialmente apropiado para servir como base en la práctica del Dharma lo cual será provechoso no solo en esta vida.

Como todos, reconozco cualidades mías que puedo aprovechar para progresar en el camino: el potencial de practicar, de transformar la mente y obtener realizaciones espirituales. Esta reflexión me aleja de otras formas autodestructivas e inexactas de verme. Es un antídoto para la baja autoestima, autorreferencias negativas, excusas, pereza, etc. Si otros lo han hecho, yo también puedo, aunque aún haya mucha distancia entre mi aspiración y la realidad de mis patrones y hábitos. 

Pocas veces valoro suficientemente el privilegio de tener esta posibilidad extraordinaria, libre de los ocho estados desafortunados, con todas las condiciones, y libre de demasiados lujos esto también nos distrae. Aprecio tener suficientes comodidades y seguridad para poder estudiar y practicar, y suficiente sufrimiento para motivarme más a ello.

Ahora siento tanto tiempo perdido en actividades fútiles y sin sentido, movido ciegamente por autoaferramiento, deseo, aversión y patrones arraigados, que demasiadas veces llevan el “barco” caprichosamente con todo tipo de autojustificaciones y razones “intelectualoides” entre tormentas y temporales aparentemente incontrolables, con efectos catastróficos en el barco y la tripulación.

Actualmente tengo no solo un cuerpo humano y una inteligencia apta, sino interés, tiempo, salud, recursos, maestros auténticos, sangha… Faltando alguna de las diez condiciones afortunadas estaré alejado, distraído o impedido para la práctica. 

Son maravillosas la afinidad al Dharma, la auténtica enseñanza, la compasión de un maestro genuino, la sangha preciosa… maravillas que hay que cultivar y mimar. No se darán todas las circunstancias propicias juntas durante mucho tiempo. 

¿No sería penoso no abrazar la gran ocasión de acabar con aflicciones y velos cognitivos, encontrar la paz, el contento y satisfacer las necesidades y deseos míos y de los demás?

Agradecido por la increíble libertad y oportunidades que se me han dado, me aseguraré de no desperdiciarlas por respeto a mí mismo y por aquellas personas menos afortunadas que yo. Me prepararé lo mejor que pueda para las vidas futuras y me esforzaré en abandonar todas las causas del sufrimiento y, en última instancia, todo lo que obstruye la verdadera libertad. Practicaré el Dharma de todo corazón y aprovecharé al máximo la oportunidad que ahora tengo. Que las Tres Joyas Preciosas me guíen en este camino.

— Khenpo Jamyang Tenzin, El Nido del Meditador, Vol. 2

 


 

Bibliografía

Berzin, Alexander. “Aprovechar la preciada vida humana” del Comentario sobre las 37 Prácticas del bodisatva, Parte I de 5. Study Buddhism. Recuperado el 13 de noviembre de 2022.

Khenpo Jamyang Tenzin. 2018. El Nido del Meditator, Volumen 2. Un manual de meditación majayana, Pedreguer: Fundación Sakya.

Ngorchen Konchog Lhundrub. 2018. El bello ornamento de la Triple Visión, Barcelona: mtm Editores SL.

Shantideva. 2008. Práctica del Bodisatva: una traducción del Bodhisatvacharyavatara, Novelda: Ediciones Dharma.

Tzenshap Serkong Rinpoche II. “La preciada vida humana y renunciar a la obsesión con esta vida” del Comentario sobre las 37 Prácticas del bodisatva – Parte 2 de 9. Study Buddhism. Recuperado el 13 de noviembre de 2022.

Tzenshap Serkong Rinpoche II. “Las razones de la dificultad de obtener un preciado renacimiento humano” del Comentario sobre Lámpara en el Camino de la Liberación Parte 4 de 11. Study Buddhism. Recuperado el 13 de noviembre de 2022.

 


 

Reflexión

¿Estoy valorando suficientemente esta vida y las condiciones que aporta de cara a mi desarrollo espiritual? 

¡Relata tu experiencia en los comentarios!

 


 

Juan Carlos Sánchez Ceballos

Juan Carlos Sánchez Ceballos

Compositor, letrista, guitarrista. Bajo el pseudónimo ‘Carlos Chaouen’ ha publicado 9 discos y colaborado con distintos artistas de la canción de autor, el rock o el flamenco. Licenciado en Psicología. Máster en Intervención Psicoterapéutica Cognitivo-Social. Instructor de meditación. Estudiante de filosofía y meditación budista.

Juan Carlos Sánchez Ceballos

Compositor, letrista, guitarrista. Bajo el pseudónimo “Carlos Chaouen” ha publicado 9 discos y colaborado con distintos artistas de la canción de autor, el rock o el flamenco.  Licenciado en Psicología. Máster en Intervención Psicoterapéutica Cognitivo-Social. Instructor de meditación. Estudiante de filosofía y meditación budista.

9 comentarios

  1. Muchas gracias, muy interesante el artículo!
    Es bueno recordar la preciosa vida humana 💕 💖

  2. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
    Que sea de beneficio.
    Abrazos.

  3. Gracias Totales! Claro, conciso, real y totalmente despertador.

  4. Un articulo muy inspiracional que me permite reflexionar en lo valioso de mi vida y lo importante de enfocarme en aspectos importantes

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