Cuarta de Las 4 Confianzas budistas: de la conciencia a la gnosis

Cómo ir más allá de la comprensión intelectual

¿Qué diferencia hay entre saber sobre la iluminación y experimentarla realmente? En el budismo, esta distinción marca el límite entre el conocimiento intelectual y la sabiduría experiencial.

Dentro de Las Cuatro Confianzas del Buddha, la cuarta revela por qué la meditación profunda es indispensable para la verdadera transformación espiritual.

Te invito a explorar conmigo esta enseñanza que marca la diferencia entre estudiar el Dharma y vivirlo realmente. 

Contenidos

1. ¿Qué son Las Cuatro Confianzas budistas?
2. La cuarta confianza: consciencia vs. gnosis
   1. Diferencia entre sabiduría experiencial y comprensión intelectual
   2. El mensaje central: no te conformes con comprender
3. El camino práctico: de la teoría a la realización
   1. Los tres pasos secuenciales
   2. Práctica de vipashyana: la clave de la transformación
4. Ejemplos prácticos
   1. Aplicación correcta: cultivando una cualidad espiritual
   2. Aplicación paso a paso: cómo perfeccionar una virtud
5. La importancia de la sabiduría experiencial
6. Cultiva la experiencia directa

1. ¿Qué son Las Cuatro Confianzas budistas?

Las Cuatro Confianzas (también llamadas Las Cuatro Dependencias) constituyen una instrucción fundamental del Buddha Shakyamuni, transmitida en el sutra majayana Akshya­mati­nirdesha o Enseñanza de Akshayamati. 

Estas cuatro directrices son una guía práctica para el camino espiritual de extraordinaria profundidad. Funcionan como una ventana hacia los estados más elevados de realización. En ellas encontramos pistas sobre la vastedad de la experiencia espiritual y la naturaleza de la iluminación completa.

1) Confía en el Dharma, no en la persona.

2) Confía en el significado, no en las palabras.

3) Confía en el significado definitivo, no en el significado provisional.

4) Confía en la gnosis y no en la conciencia.

Su Santidad el Sakya Trizin 42 enfatiza repetidamente algo que he comprobado a través de mi experiencia, y es que sin conocer estas confianzas, tendremos dificultades para comprender el verdadero significado de las enseñanzas y saber qué camino seguir en nuestra práctica.

2. La cuarta confianza: conciencia vs. gnosis

a. Diferencia entre sabiduría experiencial y comprensión intelectual

Cuando comencé a estudiar budismo no imaginaba la diferencia abismal que existe entre la comprensión intelectual y la experiencia de un estado. Y mucho menos que hay que soltar la primera para realizar la segunda. Sin embargo, poco a poco he ido entendiendo la distinción entre estos dos tipos de sabidurías.

Según las enseñanzas:

Conciencia siempre implica dualidad. En ella estamos “conscientes de algo”, lo cual implica mantener una separación conceptual entre nosotros y el objeto de conocimiento.

Gnosis en el budismo se refiere a una experiencia no dual de la verdad. Es el conocimiento directo, inmediato, sin separación entre el conocedor y lo conocido.

Comparto un ejemplo que me ayudó a comprenderlo. Podemos estudiar exhaustivamente y comprender qué es la compasión y tener conciencia de ella, pero solo cuando la vivimos sin conceptos y sin esfuerzo hemos desarrollado su gnosis.

b. El mensaje central: no te conformes con comprender

Esta cuarta confianza me ha ayudado a comprender algo revolucionario, y es que no debemos conformarnos con la comprensión intelectual hasta lograr la experiencia profunda de la realidad.

La tradición budista establece que la sabiduría experiencial opera en dos niveles. Al reflexionar sobre cómo aplicar este principio tanto al desarrollo de las paramitas como al logro de la iluminación, he ido comprendiendo esta distinción:

1) Nivel relativo: estados espirituales

El desarrollo de cualidades y disposiciones mentales que nos armonizan con la realidad, cultivados en la vida diaria y en meditación:

• Renuncia auténtica

• Amor incondicional

• Compasión genuina

• Las seis paramitas o perfecciones

• Bodhichitta

2) Nivel último: sabiduría no dual

Esto implica la comprensión directa de la naturaleza de la realidad de los fenómenos y de quiénes somos. Esta sabiduría se desarrolla especialmente a través de la meditación vipashyana (tras desarrollar profundamente shamatha), que nos permite penetrar en su esencia hasta experimentar la verdad última:

• Reconocimiento directo, no dual, de la vacuidad

• Experiencia no conceptual de la verdad última

• Iluminación completa

3. El camino práctico: de la teoría a la realización

Siempre recordaré una explicación fundamental del Venerable Khenpo Rinchen Gyaltsen: la experiencia o la verdad no se pueden representar completamente con palabras.

En este sentido, el Buddha afirmó que no basta con comprender el Dharma intelectualmente… necesitamos habitarlo, vivirlo como nuestra propia realidad.

Es como un mapa del tesoro. Podemos estudiar el mapa perfectamente, pero eso no nos da acceso al tesoro. Además la realidad que se revela trasciende toda conceptualización, superando cualquier expectativa de nuestra mente ordinaria. Como dice el Khenpo Rinchen, “el Dharma es más bello de lo que podemos imaginar”. Y caminar ese sendero es nuestra responsabilidad.

Por eso el Buddha nos dio pasos claros que seguir desde el estudio inicial hasta la experiencia directa.

a. Los tres pasos secuenciales

1) Estudio (escuchar)

Esta primera etapa consiste en captar las enseñanzas de maestros cualificados y genuinos, ya que debemos procurar recibir el Dharma en su forma más pura. Al igual que los cimientos de una casa, sin esta base fundamental todo lo demás carece de solidez.

2) Reflexión (contemplar)

Aquí buscamos la transformación interna. Analizamos profundamente el Dharma, integramos el conocimiento con nuestra experiencia personal y resolvemos las dudas para desarrollar certeza. Es el momento en el que las enseñanzas comienzan a resonar con nuestra vida cotidiana.

3) Meditación (experimentar)

En el contexto relativo, cultivamos los estados virtuosos mediante las prácticas meditativas correspondientes hasta integrarlos completamente en nuestro ser, llegando a habitarlos de manera instantánea y natural. No buscamos saber más, sino tener acceso a los estados espirituales y la verdad. 

Con este fin, desarrollamos shamatha (calma mental) para estabilizar la mente y vipashyana (visión penetrante) para investigar la naturaleza de la realidad. 

A través de la familiarización constante con estos estados, es posible lograr que surjan espontáneamente.

b. Práctica de vipashyana: la clave de la transformación

Esta práctica, que apenas he empezado a explorar, me ha enseñado a confiar en que nos puede conducir hacía la realización que buscamos. Según las enseñanzas tradicionales, vipashyana nos ofrece un método sistemático para:

• Investigar la naturaleza de los fenómenos más allá de las apariencias

• Examinar la relación entre objeto percibido y perceptor

• Reflexionar sobre los fenómenos compuestos, analizando su forma de existencia. ¿Tienen existencia inherente los agregados, los pensamientos, las emociones…?

• Reconocer la ausencia de existencia independiente

Para ilustrar cómo esta práctica se traduce en experiencia vivida, permíteme compartir ejemplos tanto de aplicación correcta como de los errores que he cometido en el camino.

4. Ejemplos prácticos

a. Aplicación paso a paso: cómo perfeccionar una virtud

Esta secuencia muestra cómo se aplica correctamente Las Cuatro Confianzas:

1) Estudiamos una cualidad espiritual, como el amor bondadoso, con un maestro cualificado. Comprendemos qué define este concepto y cuáles son las ideas que le están asociadas.

2) Reflexionamos sobre su función en el desarrollo espiritual. A través de la contemplación profunda, podemos descubrir que:

• El amor bondadoso nos enseña a reconocer genuinamente a los demás, a verlos como cercanos y apreciarlos de forma auténtica. 

• Esta cualidad construye los canales para la compasión, que es el siguiente paso en la gama del altruismo. 

• En el proceso de eliminar nuestros velos, este amor se dirige específicamente a disolver el velo del egocentrismo.

3) Meditamos repetidamente hasta que esta cualidad penetre cada aspecto de nuestro ser. El objetivo es trascender las ideas conceptuales sobre el amor e incluso sensaciones asociadas (como la calidez, por ejemplo). 

Gradualmente, con la meditación, nos habituamos a ese estado hasta que podemos volver a él y experimentarlo espontáneamente, incluso durante la vida diaria, fuera del cojín. 

Finalmente, llegamos a no requerir el esfuerzo de antes para priorizar a los demás. En este nivel, no tenemos amor bondadoso, somos amor bondadoso.

b. Aplicación incorrecta: filosofía sin experiencia

Ha habido períodos en mi vida en los que creía entender algunos puntos de la filosofía madhyamaka y me identificaba como practicante del Camino del Medio. Pero una experiencia simple me ha mostrado repetidamente la diferencia entre comprender algo intelectualmente y experimentarlo directamente: cuando tomo fotografías, me frustro al ver que éstas no capturan el panorama como lo percibo fuera del lente.

En palabras del Venerable Khenpo Rinchen, “no hay mucha vacuidad ahí”. Esta permanecía como concepto, no como experiencia vivida.

5. La importancia de la sabiduría experiencial

Mi acercamiento a Las Cuatro Confianzas, tanto en los aciertos como en los errores, me ha llevado a comprender por qué el Buddha enfatizó que debemos depender siempre de la sabiduría. Esto se traduce en tres aspectos fundamentales:

• Decisiones correctas: solo la sabiduría experiencial nos permite tomar decisiones acertadas en momentos cruciales.

• Superación de engaños: nuestra mente ordinaria tiende al autoengaño y a tomar decisiones erróneas, algo que he observado en mi propia experiencia.

• Transformación auténtica: los cambios reales no ocurren a través de la comprensión teórica, sino de la experiencia directa.

Es por esto que la cuarta confianza nos invita constantemente a ir más allá del conocimiento y acceder a la experiencia vivida.

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