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Filosofía budista: la utilidad y el impacto de estudiarla

Tengo algunos amigos que perciben la filosofía como algo ajeno. En ocasiones esto se debe a que no ven cómo influye su cosmovisión el paradigma desde el que comprenden las cosas y a sí mismos de forma determinante en las decisiones (y pasiones) que afrontan en su día a día. 

En este breve artículo te invito a explorar la relevancia y los beneficios del estudio de la filosofía, y en particular la budista. Consideramos su aplicación práctica y cómo puede mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con la realidad.

 

Contenidos

  1. Miedo a la filosofía vs. filosofía cotidiana
    1. Definiciones
    2. ¿Cómo nos influye?
    3. Prototipos generales
    4. En la vida cotidiana
  2. Matices en busca de sentido
    1. Distancia paradigmática: mirada occidental vs. mirada oriental
    2. Distancia terminológica: traducción de términos y significados
  3. La filosofía en el budismo
    1. Su importancia en la adquisición de sabiduría
      1. Primera fase: la escucha y el estudio
      2. Segunda fase: la reflexión o la contemplación
      3. Tercera fase: la meditación
    2. Impacto personal: solo la sabiduría libera
  4. Beneficios del estudio de la filosofía budista

 

1. Miedo a la filosofía vs. filosofía cotidiana

a. Definiciones

La palabra “filosofía” proviene del griego philosophia, compuesta por philo (amor, amigo, amante) y sophia (sabiduría, conocimiento). Se puede interpretar como el “amor por el saber” o el “afecto por la comprensión”. En este sentido, parece evidente que nadie en su sano juicio debería renunciar a la búsqueda del entendimiento ni al deseo de explorar el mundo que nos rodea.

b. ¿Cómo nos influye?

El nivel de nuestras soluciones a los problemas de la vida depende de la calidad de los interrogantes que nos planteamos, así como del diagnóstico que realizamos sobre ellos. Esta es la misión principal de la filosofía: ampliar y definir con rigor la validez y pertinencia de las cuestiones planteadas, y explorar las implicaciones de las respuestas que se derivan de ellas.

Desde esta perspectiva, tanto la filosofía que adoptamos como el lenguaje que utilizamos de forma consciente o implícita tienen un importante impacto en nuestra vida. Además de configurar lo que consideramos pensable o posible, estos elementos también orientan nuestras ideas sobre la existencia, nuestra identidad, la naturaleza de la realidad y los valores que guían nuestras acciones. De este modo, todas nuestras decisiones y nuestra búsqueda de significado y propósito en diversas situaciones se fundamentan en su influencia.

Si no cultivamos un sentido crítico y no expandimos nuestro horizonte de conocimiento, lo que prevalecerá será una amalgama de ideas heredada de la familia, del entorno social, de la cultura, de la educación o de la religión. Esta influencia, a menudo subconsciente, limita considerablemente nuestra capacidad de cuestionar el “molde” con el que interpretamos el mundo, el cual puede ser ajeno o incluso carente de sentido cuando lo comparamos con nuestra vivencia directa del mundo.

c. Prototipos generales

¿Cómo entendemos nuestra existencia? A continuación, se presentan algunos ejemplos no como un listado exhaustivo, sino con un tono jocoso y accesible:

•  Hedonismo. Aquellos que buscan el placer y evitan el dolor como principio esencial de la vida se podrían clasificar como “hedonistas”.

•  Utilitarismo. Quienes persiguen maximizar el bienestar, la felicidad o las ganancias materiales adoptan una postura “utilitarista”.

•  Estoicismo. Los que valoran la virtud, la autodisciplina y la aceptación de lo incontrolable son ejemplos de “estoicos”.

•  Nihilismo. Los que creen que la vida carece de sentido se reconocen como “nihilistas”.

•  Relativismo. Aquellos que consideran la verdad y la moralidad como subjetivas y contextuales se identifican como “relativistas”.

•  Naturalismo epicúreo. Los que ven al ser humano como determinado por las condiciones innatas se alinean con los “epicúreos”.

•  Idealismo trascendental. Quienes creen que el ser humano está separado del mundo material por el libre albedrío se acercan a los “idealistas trascendentales”.

d. En la vida cotidiana

Es común escuchar frases que reflejan la importancia de la reflexión crítica en la gestión de la realidad, como “es mejor tomarse las cosas con filosofía”. A pesar de que estas expresiones pueden parecer imprecisas, sugieren que las situaciones de la vida deberían abordarse con serenidad, sabiduría y racionalidad. De manera similar, se considera que distintos ámbitos, como el fútbol, los estilos musicales o el mundo empresarial están ligados a diferentes formas de pensar y actuar. Y aunque cada uno de estos contextos se refiere a aspectos específicos, todos comparten un deseo común de conocimiento y sabiduría.

La filosofía, en sus diversas vertientes, ofrece un marco para entender el mundo y guiar nuestras decisiones y acciones. Cada sistema filosófico proporciona principios que influyen en nuestras conductas, metas y valores personales, configurando el estilo de vida que elegimos. Este enfoque proporciona tanto una dirección como una conexión intrínseca entre la teoría y la práctica. A menudo se percibe que estos dos aspectos están desconectados, sin embargo, cada acción humana se basa en una perspectiva filosófica subyacente.

Y toda filosofía humanamente útil debe definir o provocar los modos de conducta pragmática (y la función) que se deducen de ella. Creo que por eso a veces se dice que todo acto político es a su vez un acto religioso, y todo acto religioso implica un acto político.

 

2. Matices en busca de sentido

No hay manera de interpretar un texto de modo objetivo y universalmente válido. Esto es lo que propone el filósofo alemán Hans Gadamer. ¿No te parece cierto?

Para abordar el estudio de una nueva perspectiva de pensamiento es importante considerar dos aspectos clave. 

•  En primer lugar, la distancia paradigmática y arquetípica, que se refiere a las diferencias en la visión del mundo, incluyendo los modos culturales de razonamiento y la percepción de la realidad. 

•  En segundo lugar, la distancia terminológica, que abarca las variaciones en el uso de palabras, su traducción y significado, así como el contexto histórico y semántico que les da forma, incluyendo los significados asociados y los valores implicados. 

Estos elementos son esenciales para una comprensión profunda y matizada de cualquier nueva filosofía.

a. Distancia paradigmática: mirada occidental vs. mirada oriental

Al igual que el pensamiento budista se desarrolla a partir de un diálogo con las tradiciones indias que la preceden y coexisten, en Occidente también ha habido un continuo intercambio de ideas a lo largo de la historia. Muchas corrientes de pensamiento han surgido en este contexto abordando, a menudo, los mismos temas, pero desde interpretaciones y enfoques muy diferentes. Estas diferencias se ven complicadas por la utilización de distintos idiomas y por los desafíos que surgen al intentar conciliar y comprender los diversos sistemas de lenguaje, ya sean descriptivos, explicativos o interpretativos.

Según Dr. Alejandro Berzin:

… solo podemos hablar de un sistema particular a la vez. Tenemos que mirar sus propias definiciones y sus propios términos y el contexto más amplio de otros aspectos del pensamiento que podrían ser parte del mismo sistema, y luego podemos comparar un sistema occidental con un sistema budista. De lo contrario, si intentamos generalizar, muchas veces no resulta tan productivo. Puede dar una idea aproximada, pero normalmente es bastante imprecisa

En términos generales, la cosmovisión occidental se basa en un dogma materialista, mientras que en el pensamiento oriental se destaca un enfoque no materialista. A pesar de que ambas tradiciones comparten ciertos puntos de convergencia histórica en la relación entre el conocimiento y lo que podemos aprender de nuestras experiencias, persiste una importante discrepancia entre ellas, aunque algunas posturas pueden mostrar similitudes o influencias recíprocas.

Las corrientes filosóficas provenientes de la India se centran en comprender la consciencia y en la transformación del individuo. En cambio, en Occidente existe una tendencia a intelectualizar la vivencia, buscando objetivarla. Esto se traduce en la concepción del sujeto como un objeto externo al que se le atribuyen cualidades o variables determinadas según el método empleado, observándolo o midiéndolo de forma “objetiva”.

Según Joaquín Betel (2016) en Lo que la filosofía occidental moderna tiene que aprender de la filosofía de la India, la ciencia materialista y la neurofilosofía moderna restan importancia a la experiencia subjetiva frente al conocimiento objetivo, relegando el estudio de la consciencia a un papel secundario como epifenómeno cerebral. Por su parte, la filosofía occidental moderna aborda la consciencia desde un enfoque teórico y lingüístico, pero rara vez integra la práctica personal o el autoconocimiento en su desarrollo, limitándose a los márgenes de la academia. Esto contrasta con las tradiciones filosóficas de la India como el hinduismo, jainismo y budismo que, desde los Upanishads, han centrado su atención en la mente y la consciencia como núcleo de estudio, en lugar de enfocarse en la materia. Para estas corrientes, el propósito de la reflexión es transformar al individuo y acercarlo a la liberación del sufrimiento, como ejemplifica la parábola budista de la balsa, que subraya la importancia de abandonar las doctrinas una vez cumplida su función de guía.

Que el filósofo oriental debe de ser también un practicante es algo en lo que está de acuerdo Jaideva Singh, importante traductor de textos del tantrismo de Cachemira en su introducción al Pratyabhijnahrdayam: The Secret of Self-Recognition:

En la India no hay tal cosa como un filósofo de escritorio. La filosofía en este país no es solo una forma de pensamiento, sino también una forma de vida. No nace de la ociosidad o la curiosidad ni tampoco es un mero juego intelectual. Cada filosofía aquí es una religión, y cada religión tiene una filosofía. El filósofo aquí (…) es el que era llevado por un profundo anhelo interno a saber los secretos de la vida, aquel que vivía laboriosos días de disciplina espiritual y que veía la luz a través de la transformación de su vida. Movido por la compasión por sus prójimos, intentaba luego interpretar la verdad que había experimentado de manera lógica para que pudiera servir a otros hombres.

El “camino espiritual” es un concepto relativamente nuevo que ha surgido en Occidente. En su origen, el budismo es pura y simplemente una forma de vida. En El veneno es la medicina: Una aclaración del Vajrayana, Dzongsar Jamyang Khyentse indica que muchos de los malentendidos que surgen entre estudiantes occidentales y maestros tibetanos se remontan en general a una falta mutua de entendimiento por ambas culturas (p. 56). También comenta que frente a la voluntad de algunos maestros que hoy quieren dar sus enseñanzas “espirituales” en modo laico, el historiador Tom Holland afirma que «no existe tal cosa como el laicismo. Gran parte de los lenguajes occidentales están tan teñidos de asociaciones cristianas y enraizados en valores cristianos que estos (…) continúan infundiendo la moralidad y las suposiciones de la gente de tal forma que muchos ni siquiera notan su presencia» (p. 30). 

Así pues, no debemos dejar de tener en cuenta el poder de la cultura y el hábito social que “da sabor” a todo lo que hacemos (o lo que dejamos de hacer).

b. Distancia terminológica: traducción de términos y significados

Se suele decir que leer es interpretar, y lo mismo ocurre al escuchar: los términos literales deben ser contextualizados, es decir, traducidos entre los participantes para lograr un entendimiento común. Las palabras no son designaciones absolutas; activan campos semánticos diferentes según el tiempo, el contexto y el individuo que las utiliza. Además, las definiciones de los términos siempre están interrelacionadas, respondiendo, cuestionando o restringiendo otros significados.

Cada texto o acto comunicativo requiere asignarle un propósito y un sentido para comprenderlo, ya sea en su interpretación literal o personal, o bien, desde la perspectiva del autor, tomando en cuenta su contexto, audiencia, causa y motivación.

El lenguaje, más allá de ser un medio comunicativo, nos permite igualmente categorizar, clasificar y conceptualizar nuestras experiencias e ideas, lo que a su vez influye en nuestra percepción y memoria del mundo. Por ello, debemos ser cautelosos, ya que el lenguaje en sí mismo puede ser fuente de confusión o malentendidos. Si bien los símbolos compartidos pueden expresar pensamientos comunes, no siempre logran captar la singularidad de situaciones o conceptos más particulares, específicos o extraordinarios.

Esto cobra especial relevancia cuando tratamos de comprender o comparar marcos explicativos que interpretan y construyen la realidad de forma cualitativamente distinta desde perspectivas culturales y filosóficas. A menudo, no existe una palabra exacta que pueda expresar lo que un paradigma no es capaz de concebir o representar. En otras ocasiones, se emplean los mismos términos, pero cada persona les atribuye una definición y un sistema de significados propios. ¿Cómo podemos encontrar una expresión que capture el concepto original cuando el idioma de destino no tiene un equivalente en su acervo cultural o conceptual?

Shantideva (685-763) ―un importante monje y filósofo budista indio― ya enseñó que, para un debate efectivo, ambas partes deben acordar una lógica y una terminología común; de lo contrario, el diálogo se vuelve casi imposible.

En todo caso, el estudio de la filosofía nos ofrece herramientas para la reflexión y el análisis crítico, promoviendo decisiones más coherentes, una perspectiva más amplia y una mayor autoconsciencia sobre nuestras acciones y nuestra vida.

 

3. La filosofía en el budismo

Entendemos el budismo en la medida que entendemos “El Tesoro del Conocimiento”

―Étienne Lamotte, uno de los primeros académicos occidentales del budismo

La filosofía budista puede verse como una vía de exploración tanto de uno mismo como del mundo. Es una práctica ―y aquí la palabra “práctica” resalta la necesidad de una revitalización continua de su hacer― de estudio, reflexión, contemplación y cuestionamiento crítico que en absoluto depende de la creencia o de la fe en un dios.

¿Qué es el budismo, entonces?, ¿una religión, una filosofía, una ciencia? Este debate como se ha señalado tiene mayor relevancia en Occidente que en Oriente. Sin embargo, se puede decir que el budismo abarca elementos de las tres perspectivas de conocimiento y, en muchos aspectos, las trasciende.

Algunos eruditos occidentales, como Alan Wallace, advierten que no debemos confundir los aspectos ornamentales o anecdóticos ―frecuentemente ligados a tradiciones culturales locales― con el vasto conjunto de ideas, técnicas, textos y prácticas. Estos últimos han sido utilizados durante siglos por millones de personas para validar las enseñanzas y métodos budistas. Es fundamental que, como individuos, podamos y debamos explorar por nosotros mismos la realidad y lo que nos rodea.

Para aquellos más renuentes a los aspectos rituales o a las formas externas, es importante entender que todo contenido interno ―como la mente o la esencia― requiere un continente externo, una forma que le permita expresarse y realizarse. En este sentido, la filosofía del budismo no es necesariamente espiritual (y mucho menos irracional) ni depende de dogmas o de una fe ciega. Más que una cuestión espiritual o dogmática se trata de un entrenamiento práctico y actualizado que combina el estudio crítico, racional y lógico con la experiencia directa, perceptiva y vívida de cómo experimentamos el mundo y cómo cocreamos nuestra realidad.

Los grandes maestros y yoguis, incluido el Buddha, no adoptan una postura dogmática sobre la existencia, ya que esta trasciende cualquier explicación convencional. Si bien las teorías pueden guiarnos al descartar lo irrelevante y ayudarnos a explorar y comprender lo que nos rodea, el lenguaje no puede captar la esencia de la realidad, puesto que esta está más allá de las palabras. Un hallazgo importante del Buddha es que, aunque podamos tener destellos de conexión con esa realidad, nuestros filtros emocionales y cognitivos distorsionan nuestra percepción, llevándonos a interpretarla erróneamente.

La enseñanza del Buddha que él describía como un “vehículo” estaba destinada a ser vivida y experimentada en el “laboratorio del ser”. Desde esta perspectiva, su enfoque se asemeja más a un método científico que a la filosofía occidental: un experimento personal y un estudio introspectivo. Mientras que la ciencia occidental se centra en generar tecnología material orientada al exterior, el budismo ha desarrollado herramientas para la introspección, centradas en el crecimiento interior y el bienestar duradero. Así, a través de un método de investigación interna, el budismo ha descubierto, hace más de dos mil quinientos años, verdades que hoy son corroboradas por la neuropsicología constructivista y la física cuántica.

La filosofía proporciona los marcos necesarios para una honda reflexión. Para entender, contemplar y practicar genuinamente el budismo es esencial estudiar y comprender los principios teóricos que lo sustentan y validan como fuente de conocimiento. Como señala el Dalái Lama, sin una comprensión clara de conceptos clave como renacimiento, liberación, la Triple Joya, karma y surgimiento dependiente, el camino hacia el despertar no podrá ser comprendido en su totalidad (Un Acercamiento al Sendero Budista, Capítulo 8).

a. Su importancia en la adquisición de sabiduría

Por el aprendizaje, discernirás los dharmas.
Por el aprendizaje, no cometerás lo perjudicial.
Por el aprendizaje, renunciarás a causar daño.
Por el aprendizaje, lograrás el nirvana.

Sarvapunya­samuccaya­samadhi (La absorción que encapsula todo el mérito), Toh 134, 2.129

Según la filosofía budista para lograr el objetivo del nirvana hay que investigar, estudiar, analizar, experimentar la naturaleza del mundo y de la mente. Las enseñanzas no deben seguirse exclusivamente por la confianza o fe, sino ser confirmadas por el análisis lógico (pramana). Los primeros textos mencionan que uno se convierte en seguidor solo después de reflexionar sobre las enseñanzas con sabiduría.

La sabiduría es la última, pero la más importante de las seis paramitas. Nos permite discernir, y poder así mantener y nutrir las otras cinco ―generosidad, conducta, paciencia, entusiasmo y meditación―. Esta paramita aporta una nueva dimensión a las otras y, a su vez, necesita de la práctica de ellas para su cultivo.

Jordi Solé, La paramita de la sabiduría

La meta del camino y lo que nos libera del sufrimiento es la sabiduría. La iluminación se alcanza únicamente a través de la comprensión de la esencia de la existencia (metafísica), del conocimiento y sus posibilidades (epistemología), del lenguaje (filosofía del lenguaje, hermenéutica) y de nuestros modos de vida (ética). Estos saberes se adquieren mediante el estudio, la contemplación y el escrutinio racional de nuestras creencias. 

Es esencial analizar críticamente las cuestiones centrales que sustentan estas creencias y la práctica budista. De lo contrario, corremos el riesgo de tener un enfoque superficial y confuso, atribuyendo causas, fenómenos y entidades que no existen en este contexto. 

No estudiamos estas ideas por mero interés intelectual o cultural, sino para evaluar cuánta verdad hay en este sistema de pensamiento. Sin una amplia comprensión de lo que implica una idea, no podremos someterla a un análisis racional, relacionarla con otros conceptos ni mucho menos implementarla de manera efectiva.

En el budismo la ignorancia nunca es dicha ni puede producir felicidad o contento genuino, y solo el conocimiento realista, la comprensión y gnosis conducen al gozo. 

La sabiduría sin medios hábiles
y también los medios hábiles sin la sabiduría
se describen como una atadura.
Por consiguiente, no renuncies a ninguno de ellos.

A excepción de la perfección de la sabiduría,
todas las prácticas virtuosas, tales como
la perfección de dar, son descritas
por los victoriosos como medios hábiles
.

―Atisha Dipamkara Shrijnana (982-1054), Una Luz en el Camino, Texto raíz, Versos 43 y 45, p. 150

i. Primera fase: la escucha y el estudio

El proceso gradual de adquirir sabiduría comienza con la información obtenida a través de la escucha y el estudio. Este conocimiento inicial es meramente intelectual y no necesariamente transforma la cosmovisión ni la conducta, ya que está desconectado de la persona y carece de integración. Es superficial, una familiaridad que se limita a la nomenclatura.

ii. Segunda fase: la reflexión o la contemplación

La segunda fase es la reflexión o contemplación, que debe ser tan extensa como la primera fase de adquisición. En esta etapa, el conocimiento se vincula con la estructura de pensamiento y comportamiento, lo que da lugar a una comprensión más vasta que, a su vez, debe provocar un cambio en la conducta física, verbal y mental.

iii. Tercera fase: la meditación

Finalmente, la meditación, entendida como la total familiarización con esa comprensión y su no dualidad ―encarnando plenamente lo que uno es y piensa― nos acerca a la sabiduría (gnosis).

Por lo tanto, conocer el Dharma intelectualmente no tiene mucho valor, ya que entenderlo y experimentarlo son dos cosas muy distintas. Cabe recordar que, tras estudiar o recibir enseñanzas, constantemente los maestros insisten en la necesidad de reflexionar de forma penetrante sobre ellas. Debemos implementarlas una y otra vez, poniéndolas a prueba, familiarizándonos con ellas a través de la meditación e integrándolas en la vida diaria. 

El Sabio dio todas las enseñanzas
teniendo como objetivo la sabiduría.
Por lo tanto, los que deseen eliminar el sufrimiento
han de cultivar la sabiduría.

―Shantideva, La Práctica del Bodisatva: una traducción del Bodhisatvacharyavatara, Capítulo 9. Verso 1

b. Impacto personal: solo la sabiduría libera

No estudiamos budismo para aprender sobre el budismo, sino para aprender sobre nosotros mismos

Máxima budista

La finalidad de casi todas las instrucciones en el budismo es invitarnos a ser más perspicaces e introspectivos, y a ampliar nuestra comprensión progresiva del ser y de la consciencia. Estas enseñanzas nos ayudan a reconocer los patrones y ciclos repetitivos que surgen sin control, a menudo como resultado de nuestra ignorancia sobre la naturaleza y extensión de los fenómenos.

Algunos maestros enfatizan que el verdadero Dharma no se encuentra en acciones, palabras, objetos o edificios, sino en la mente y el corazón del practicante. Se revela en la vivencia de la renuncia, la compasión y la vacuidad; en el despertar a una experiencia pura, sana y virtuosa. El Dharma genuino es una comprensión profunda de la realidad que nos libera de las sombras de la ignorancia y de la insatisfacción. En las etapas finales del camino, esta comprensión se condensa en la afirmación: “Si sabes transformar tu corazón en un monasterio, tu cuerpo en una mansión celestial y tu mente en refugio, entonces, sin importar a dónde vayas, allí estarán las Tres Joyas”.

Al avanzar en el camino budista, progresamos hacia el reconocimiento de nuestra impoluta esencia innata.

Estudiamos filosofía no solo para acumular conocimiento, sino para que este transforme nuestras vidas. El budismo no busca simplemente aliviar el estrés, hacernos sentir mejor o desconectarnos del mundo tal como lo percibimos, sino comprenderlo a fondo, junto con el funcionamiento de la mente y el carácter ilusorio de nuestras vivencias. La ética, por tanto, va más allá de evitar conflictos o ser más amables; su verdadero propósito es refinar nuestra conducta para purificar la mente, preparándola para la meditación. De manera similar, el entrenamiento en el conocimiento y el uso de la mente busca potenciarla como herramienta de análisis, aplicándola de manera científica para explorar la naturaleza de los fenómenos.

Adoptando la postura de un “científico de uno mismo” ponemos a prueba nuestras propias hipótesis realizando una investigación práctica y pragmática con los recursos, técnicas y enseñanzas del budismo. Solo así podremos transformar nuestra percepción y experiencia del mundo, operando desde un nuevo marco que nos permita cocrear nuestra realidad.

Es esencial comprender el funcionamiento de nuestra mente y reconocer los condicionamientos, las autolimitaciones, los patrones, los aferramientos emocionales, las aflicciones, los esquemas cognitivos y las tendencias conductuales que influyen en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Solo al identificar y comprender estos elementos seremos capaces de liberarnos de estas cadenas. Este proceso nos guiará hacia un mayor autoconocimiento, propósito y sabiduría.

 

4. Beneficios del estudio de la filosofía budista

De muy diversas formas, el estudio de la filosofía budista nos proporciona las bases conceptuales y éticas necesarias para ahondar en la práctica del Dharma. Nos ayuda a comprender los fundamentos sobre los que se construye el vehículo budista, la naturaleza de la existencia, el sufrimiento humano, la liberación y el camino hacia la iluminación.

Estudiar budismo es la mejor manera de no desperdiciar tu vida

Matthieu Ricard

1) Estructura y claridad conceptual

La filosofía ofrece un mapa completo y un soporte sólido para comprender las enseñanzas y aclarar los términos, interpretaciones y significados. El Abhidharma descompone la vivencia humana en elementos más pequeños y analiza la naturaleza de la mente, las emociones y los fenómenos. Esto nos permite conectar gradualmente los componentes básicos de la realidad con la auténtica comprensión del Dharma.

2) Mejora de la meditación

El estudio del Abhidharma nos proporciona unos cimientos, herramientas y técnicas para investigar nuestra experiencia interna durante la meditación, así como los obstáculos y dificultades que surgirán en el proceso. A través de estos instrumentos y medios hábiles podemos reconocer, analizar, comprender los estados mentales y el funcionamiento de las emociones. Esto nos ayuda a superar impedimentos y a penetrar en la práctica, acercándonos a la naturaleza de la realidad y del sufrimiento mismo.

3) Una vida más significativa

La ética budista ofrece principios sólidos ―como la no violencia y la compasión― para cultivar una vida más ética, sabia, consciente y virtuosa. Nos ayuda a saber discernir lo que es importante y lo que no, identificar qué debemos abandonar y qué adoptar, así como a redefinir nuestras prioridades y dar dirección y sentido para aprovechar la preciosa vida humana de la mejor manera. Esto fortalecerá nuestra autoconfianza y nos permitirá descubrir nuestro potencial innato y el modo de despertarlo. Además, aprenderemos el significado de las seis paramitas y cómo implantarlas en nuestra vida diaria.

4) Desarrollo de sabiduría y compasión

Al comprender los procesos, las tendencias, los factores mentales y sus dinámicas, cultivamos una sabiduría profunda que nos guía en el camino hacia la liberación. Y al estudiar las emociones, ganamos empatía hacia nosotros mismos y los demás. Todo esto nos permite reconocer las causas del sufrimiento, y también fortalece la bondad y la compasión, cualidades esenciales para el bienestar interior y la transformación. Además, el estudio de la filosofía se adentra significativamente en la comprensión de la ley del karma y de la interdependencia, revelando cómo nuestras acciones y pensamientos afectan a todo lo que nos rodea.

La acumulación de sabiduría y compasión no solo nos acerca a la liberación, también nos hace más responsables de nuestro destino. Al basarnos en una ética sólida, cultivamos una mayor satisfacción personal y establecemos relaciones más armoniosas y beneficiosas con nosotros mismos, con los demás, con la sociedad y con el medio ambiente. A nivel mundano, esto nos ayuda a ser más responsables, altruistas y conscientes de nuestra conexión con el mundo y, a largo plazo, estas prácticas crean las causas y condiciones necesarias para avanzar en el camino espiritual, acercándonos cada vez más a la liberación definitiva y a la paz interior.

5) Discernimiento de la mente

El Abhidharma clasifica los tipos de consciencia y las funciones mentales en relación con los componentes básicos del mundo que nos rodea. Esto nos permite reconocer tendencias habituales, identificar hábitos perjudiciales y cultivar cualidades positivas. Apreciar las distintas formas en las que la mente se define, se presenta y cómo se experimenta resulta extremadamente útil, valioso y práctico, más allá de posiciones ontológicas o metafísicas. Al discriminar y analizar los procesos mentales, las emociones y los pensamientos, posibilitamos un mejor entendimiento del surgimiento y sostén de nuestras experiencias.

6) Crecimiento emocional y espiritual

El estudio del Abhidharma juega un papel crucial en eliminar lo perjudicial. Al trabajar con el deseo, el miedo, el orgullo, la ira, la aversión, la ignorancia, etc., podemos comprender mejor y desenmascarar la red de emociones y pensamientos que no nos deja crecer hacia nuevos paradigmas y estados de consciencia más elevados. Estos estados, aunque inconcebibles para la mente ordinaria atrapada en el ciego dictado emocional, se vuelven gradualmente más claros desafiando nuestras creencias, esquemas cognitivos y hábitos mentales. Al hacerlo, logramos abrir el corazón y la mente, acercándonos así a la verdadera naturaleza de las cosas y a una comprensión más profunda de la realidad.

7) Comprensión paulatina de la perspectiva y la motivación

La “visión correcta” y la “motivación correcta” son las dos primeras ramas del Camino Óctuple. Son muy importantes para la práctica, sobre todo en el majayana. Sin ellas, nuestros esfuerzos no producirán frutos sublimes.

8) Inspiración y confianza en el camino

El estudio del Abhidharma también demuestra que el Dharma es verificable. Nos proporciona un esquema claro de las etapas y puntos esenciales del sendero budista, así como de sus conceptos troncales. Además, corrobora la autenticidad de las enseñanzas, los textos, las técnicas y los maestros genuinos, quienes, a través de su ejemplo, dan testimonio de la certeza de las enseñanzas y del camino que conduce al logro. Esto debe inspirarnos y fomentar nuestra confianza, ya que el resto solo depende de nuestro esfuerzo y dedicación sincera. Desde esta amplia comprensión, podremos entender y valorar a la Sangha como comunidad significativa que busca (protege y practica) la verdad del despertar.

9) Conocer bien los puntos clave y las diferencias entre las escuelas budistas

Desde una perspectiva consolidada por los debates sostenidos durante siglos se estudian progresivamente las visiones filosóficas de las cuatro escuelas del budismo indio: Vaibhasika, Sautrántika, Chittamatra (Yogachara) y Madhyamaka. 

10) Asentar la mejor base para los estudios filosóficos

Dharma Chakra es un programa de formación en línea de cinco años diseñado para profundizar en la comprensión del Dharma y su aplicación en la vida diaria. En este programa, S. S. Sakya Trizin 42 enseña los elementos clave de la filosofía y la práctica budista de manera gradual, clara y estructurada. De forma complementaria, el ven. Khenpo Rinchen Gyaltsen guía las sesiones de repaso de cada lección.

Esta formación pertenece al nivel 3 del Plan de Estudios de Paramita. Aunque está abierta a todas las personas interesadas en la filosofía budista, se recomienda especialmente para quienes hayan completado los cursos del nivel 2, como “Las 37 Prácticas del Bodhisattva” y “Entrenamiento Mental Integral.

 


 

Reflexión

¿Cómo se relacionan estas citas con las enseñanzas budistas?

•  Descartes. Vivir sin filosofar es tener los ojos cerrados sin tratar de abrirlos jamás.

•  Marco Aurelio. La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.

•  Bernard Shaw. La vida no se trata de encontrarte a ti mismo, sino de crearte a ti mismo.

•  Goethe. Pensar es fácil, actuar es difícil, y poner los pensamientos de uno en acción es lo más difícil del mundo.

•  Sartre. La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.

•  Buddha. No lastimes a los demás con lo que te causa daño a ti mismo.

 

¿Qué filosofía realmente dirige mi vida?

¿Coincide mi visión intelectual con mi nivel operativo?

¿Tiene relación mi conducta física y verbal con lo que creo que es mi filosofía de vida?

¿Con qué criterios confío en que mis fuentes de conocimiento son válidas? 

¿Qué responsabilidad tengo sobre quién soy y sobre mi manera de configurar el mundo? 

¿Reflexiono adecuadamente sobre los contenidos de las enseñanzas?

¿Soy consciente de la filosofía real que impulsa mis actos o se deduce de ellos?

¿Es coherente lo que pienso y lo que hago?

 


 

¿Por qué estudiar el budismo?

¿Te gustaría conocer lo que dicen los maestros budistas sobre la importancia de estudiar el Dharma? No te pierdas estos breves y valiosos cortos, todos subtitulados en español, publicados por Study Buddhism.

•  Gongma Trichen Rinpoché, Sakya Trizin 41 de la Tradición Sakya 

•  Yetsun Khandro Rinpoché, destacada maestra del linaje Mindrolling de la Tradición Nyingma

•  Yetsunma Tenzin Palmo, monja y maestra inglesa muy respetada de la Tradición Kagyu. ¿Has leído nuestro artículo sobre ella? ¡No te lo pierdas!

•  Ven. Robina Courtin, monja y maestra australiana ampliamente reconocida por su trabajo con el FPMT de la Tradición Guelug

•  Ven. Thubten Chodron, monja budista, maestra y autora americana de la Tradición Guelug conocida por sus extensas contribuciones a la difusión de las enseñanzas budistas tibetanas en Occidente

•  Ven. Matthieu Ricard, monje budista, autor, traductor y fotógrafo francés, mejor conocido como “el hombre más feliz del mundo y por su defensa de la compasión y el altruismo, y sus contribuciones a la investigación científica sobre la meditación y los efectos de la atención plena en el cerebro

•  Dr. Alan Wallace, reconocido autor, erudito y profesor de meditación budista

•  Dr. Murray Corke, veterinario y profesor de budismo zen en la tradición de Thich Nhat Hanh

•  Dr. Philippe Goldin, destacado experto en los campos de la neurociencia y la atención plena

 


 

Bibliografía

Atisha, Dipankara. (Trad. M. Pérez-Albert y Á. de la Torre). 1999. Una luz en el camino. Novelda (Alicante): Ed. Dharma.

El Dalai Lama y Chodron, Thubten. 2018. Un Acercamiento al Sendero Budista. Ciutadella de Menorca, Illes Balears: Ediciones Amara. 

Berzin, Alexander. 2009. “Interacción de la filosofía budista y otras filosofías. Study Buddhism. Recuperado el 13 de noviembre de 2024.

Betel, Joaquín. 2016. “Lo que la filosofía occidental moderna tiene que aprender de la filosofía de la India”, Pijamasurf. Recuperado el 12 de diciembre de 2024.

Dragpa Gyaltsen, Jetsun. 2023. El árbol precioso de la realización clara.

Dzongsar Jamyang Khyentse. 2021. El veneno es la medicina: Una aclaración del Vajrayana. Siddhartha’s Intent.

Gadamer, Hans. 1998. Arte y verdad de la palabra. Barcelona: Ed. Paidós.

Konchog Lhundrub, Ngorchen. 2014. El bello ornamento de la Triple Visión. Barcelona: mtm Editores S.L.

Nagarjuna. (Trad. Juan Arnau). 2011. Fundamentos de la vía media. Madrid: Ed. Siruela.

Shantideva. (Trad. Grupo de Traducción Padmakara). 2008. Bodhisattvacharyavatara. La práctica del Bodhisattva. Novelda (Alicante): Ed. Dharma. 

Thakchoe, Sonam. 2007. The Two Truths Debate: Tsongkhapa and Gorampa on the Middle Way. Boston: Wisdom Publications.

 


 

 Agradecemos al ven. Aigo Castro por su cuidadosa traducción al castellano del verso de la Sarvapunya­samuccaya­samadhi (La absorción que encapsula todo el mérito), Toh 134, 2.129, que nos permite acceder a esta profunda enseñanza e ilumina el camino del aprendizaje y la práctica del Dharma.

 


 

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Juan Carlos Sánchez Ceballos

Bajo el pseudónimo "Carlos Chaouen" ha publicado 9 discos en solitario y colaborado con distintos artistas. Licenciado en Psicología. Máster en Intervención Psicoterapéutica Cognitivo-Social. Instructor de meditación. Estudiante de filosofía y meditación budista.

9 respuestas

  1. Gracias Carlos por este articulo y reflexiones. Y a todos los que lo hacéis posible. Son de gran ayuda.

  2. Muchas gracias, Carlos. Me ha gustado mucho el artículo, profundo y muy bien documentado.
    Las referencias y enlaces que ofreces serán muy útiles para seguir estudiando y reflexionando. Un fuerte abrazo 🤗

  3. Muchas gracias por este artículo. Se aprecia el esfuerzo y la dedicación para recoger un campo tan vasto. Lo tendré como referencia constante a la que consultar. Me regocijo en el gran beneficio que causará su lectura. Gracias Carlos.

  4. Excelente!!! cada vez entiendo más porqué en mi camino voy hacia atrás y hacia adelante estudio, escucha, reflexión y contemplación para llevar a la práctica (acción)… Cuántas veces me he quedado en OIR sin ESCUCHAR y más aún creyendo que estás practicando cuando ni siquiera has reflexionado verdaderamente la enseñanza aunque creas haberla escuchado. Que importante es darse cuenta aunque tenga con ustedes unos añitos tratando de entender el budismo en mí. Gracias, gracias, gracias. Tashi Delek

  5. Muchas gracias por este articulo Carlos, es de gran ayuda para una mejor comprensión del camino.

  6. Muchas gracias, Carlos. Un artículo para volver a consultar y explorar los links a valiosos contenidos.

  7. Mil eones de gracias Juan Carlos, por este artículo»Filosofía budista: la utilidad y el impacto de estudiarla» tan excelente y genuino, muchas gracias por las reflexiones.. Bendiciones infinitas..

  8. Gracias!! Lo volveré a releer varias veces, lo merita de mi parte 🙏🙏🙏

  9. Muchas gracias a todos por los comentarios.
    Abrazos. Carlos.

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